Rutas 1 y 2
Un poco de historia
"La dulce patria donde corrían ríos de agua, vino, leche y miel; todos los placeres se daban cita en ella". Al-Qartayanni, s. XIII.
Íberos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos... todos estos pueblos, y otros más, habitaron y poblaron nuestra Región, pero fue con los mahometanos cuando mayor personalidad y esplendor alcanzó, especialmente, el valle de Ricote. De la ciudad que da nombre al valle salieron grandes personalidades de la España musulmana, como Ibn Hud, caballero guerrero que conquistó y reunificó toda al-Andalus bajo su mano en los años 1228 y 1237, o al-Ricotí, uno de los más grandes pensadores y matemáticos árabes, cuya privilegiada cabeza fue contratada por Alfonso X, años después, para formar parte de la Escuela de Traductores de Toledo.
A finales del siglo XIII, el rey Sancho IV se vio en la necesidad de recompensar a la Orden de Santiago por su colaboración en las campañas bélicas otorgándole el valle de Ricote y sus municipios, además de Caravaca de la Cruz.
Durante toda la Baja Edad Media y hasta la definitiva expulsión de los moriscos por Felipe III en 1609, los musulmanes habitaron y trabajaron la tierra como siempre lo habían hecho desde que llegaron. Sus abundantes artes agrícolas les permitieron vivir de manera estable mientras pagaban los tributos a las autoridades cristianas. El valle de Ricote fue, con el paso de los reyes cristianos, el último y mejor reducto de mudéjares, musulmanes a los que se les permitió quedarse, en la Región de Murcia. Su expulsión arrancó lágrimas en los ojos de quienes amaban con sinceridad la tierra donde habían nacido; demográfica y económicamente, fue una crisis que sumió en la pobreza al valle de Ricote y otras comarcas de Aragón y Valencia.
Rutas
RUTA 1 - Cañada Miñano
(Propuesta por el Centro Excursionista de Ceutí)
Comenzaremos dejando la Casa Forestal del albergue de La Calera para bajar a la carretera asfaltada, a cuya ribera se inicia el descenso que se alarga casi un kilómetro por una pista forestal de anchura notable. Esta primera parte de la ruta se realiza bajo la sombra de imponentes ejemplares de pino carrasco.
El embalse de Ojós y una bella panorámica de Blanca surgen ante nuestra mirada cuando se han recorrido unos dos kilómetros del trayecto. A unos 3¿5 km la pista forestal toca a su fin y continuaremos adentrándonos en las faldas del monte, pisando esta vez un camino de herradura que se encuentra en excelente estado de conservación. En los zigzagueantes meandros del camino el paisaje nos invita a detenernos, sacar con tranquilidad nuestra cámara de la mochila y fotografiar la luz reflejada en las aguas del embalse, al que se circunvala durante dos kilómetros.
Llegando al ecuador de nuestra caminata, a unos 5 km de la salida y para alegría de nuestras cámaras fotográficas, encontramos a la derecha un gran arco natural excavado en la roca por las inclemencias del tiempo. A unos 2 km a partir del gran arco llegamos a Ricote que abre los brazos al paseante en forma de una bonita plaza y desde allí hasta la Casa Forestal, punto de partida, sólo nos restan otro par de kilómetros.
RUTA 2 - Solana de la Mezquita
(Propuesta por el Centro Excursionista de Ceutí)
Éste sendero se compone de 20 km durante los cuales, subiendo y bajando por los desniveles y cuestas, veremos parajes y municipios muy distintos. En los 10 primeros kilómetros aparecerán ante nosotros El Cajal y su característico cono, los campos de Yechar y Mula, y de fondo, las sierras de Carrascoy y de Espuña. En los últimos 10 km y en la ladera Norte de nuestro camino, podremos ver, desde lo alto, los cascos urbanos de Blanca, de Abarán y, más lejano, el de Cieza. Respectivamente, con estas localidades veremos también el pantano blanqueño, la sierra del Oro y la silueta de la Atalaya ciezana. También podremos ver magníficamente Ricote y su fértil huerta, para ello, a un kilómetro de distancia de la Casa Forestal, tomaremos en el lado derecho una senda de unos 200 metros que nos conduce a un excelente balcón.
Comienza esta ruta junto al aljibe ubicado delante de la Casa Forestal del albergue de La Calera. De ligera pendiente ascendente se compone el recorrido en sus primeros 6 km, alcanzando tierra más llana alrededor del kilómetro 13 y, hasta el 20 final, junto a la misma Casa, es de una suave pendiente.
Si comenzamos el itinerario y vamos subiendo el culebreante sendero alcanzaremos un bosquecillo entre los kilómetros 6 y 7 y allí hallaremos un grato espacio donde descansar y reponer fuerzas, bajo la dulce sombra. A continuación, sobre el kilómetro 10 veremos otra pista forestal de mayor anchura, que tomaremos por la derecha, desembocando más tarde en el cruce que sube a la antena, también por la diestra, o a la garita de los forestales por la izquierda después de 1¿5 km, aproximadamente.
De nuevo en la pista principal, encontraremos otro aljibón en el kilómetro 16. A partir de aquí pasaremos un tramo de unos mil metros de curvas cerradas, siendo la recomendación para esta parte de no atajar, debido a los desniveles extremos que encontramos. En el kilómetro 18 nos encontramos ya en el cruce de La Bermeja a la izquierda y con la Casa Forestal a la derecha, a sólo 2 km, habiendo llegado a nuestro punto de partida.