Una pasión por las aves
El 8 de julio de 1917, ve la luz el folleto diario Espuña, como cita en su subtítulo "Órgano del campamento provincial de los exploradores durante las semanas escultistas". En aquel entonces, el precio de la suscripción era de 80 céntimos y cada número suelto costaba un céntimo. Durante su tercer año, concretamente el 7 de julio de 1919, D. Ricardo Codorníu envía dos textos. Uno de ellos contempla la obra Las Golondrinas; tragicomedia de malas costumbres, y el otro sería Charlas sobre aves I, la primera de sus 11 conferencias que posteriormente en 1920, se reunirían en un libro dedicado al mundo de las aves. Las charlas se denominaron: "El equilibrio de los seres, generalidades sobre aves, el plumaje, nidos, emigraciones, fotografías de aves, la conquista del pájaro, protección a las aves útiles, el día del pájaro, nidos artificiales y aves murcianas".
Quizá ninguna figura como D. Ricardo Codorníu y Stárico podría representar el espíritu de respeto al medio ambiente, la sensibilidad hacia los seres vivos y la potenciación de valores que redunden en una ética ambiental de este ingeniero de montes, pleno de ideas renovadoras y consecuente con ellas. A tenor de sus méritos profesionales y de su ejemplar vida, es justo que el pueblo murciano rinda honor a su memoria conociéndolo con el sobrenombre de "El Apóstol del Árbol".
Ricardo Codorníu nació en Cartagena, en 1846. A decir de sus contemporáneos -Martínez Tornel, Andrés Baquero, Frutos Baeza-, fue un hombre de fuertes virtudes y convicciones, tales como la bondad, la caballerosidad y la rectitud. Desde su puesto de ingeniero de montes en la provincia e inspector general de esta misma disciplina, llevó a cabo una ingente tarea, entre la que destaca la repoblación forestal de Sierra de Espuña, cuyos trabajos él mismo dirigió; y la protección de las distintas especies arbóreas de estas tierras.
Sobre temas de tal índole, dio charlas y conferencias a lo ancho y largo de toda la geografía nacional, en los más reconocidos centros e instituciones. Fruto de estos trabajos aparecieron los escritos de Charlas sobre las aves. En ellas hacía un recorrido por el mundo ornitológico, siempre desde un punto de vista divulgativo, educativo e intentando ponerse en la piel del espectador, para poderle explicar, de la mejor manera posible, la belleza y la complejidad del mundo de las aves.
"Si las aves saben conmover el alma halagando nuestro oído, nuestra vista halla en ellas especial recreo y, con ningún otro grupo de las especies naturales, por vasto que sea, sucede otro tanto. Desde luego, sólo éste presenta tan gallardas formas, tan rico y brillante colorido. La pluma que arrancó el viento a un pájaro, es recogida por nuestras bellas como preciado adorno y una mutilada ave del paraíso es verdadera joya para la mujer."
El último de los capítulos de este trabajo lo dedicó a las aves murcianas. Los cuelillos, carlancos, apellidados caballico y cucala son nombres utilizados en su trabajo, apodos murcianos que hoy, difícilmente podemos escuchar, y que gracias a trabajos como éste, conservamos y valoramos. Entre las líneas de este último capítulo encontramos un dato singular, la presencia habitual del quebrantahuesos en Murcia:
"Los buitres, representados en Murcia por las especies buitre ceniciento y buitre leonado se alimentan de restos de animales en descomposición, debiendo, por tanto, estimarse útiles. Pero el aguilucho y el águila barbada, se alimentan de cadáveres sólo cuando no hay mamíferos vivos, y atacan, preferentemente, las casas y las aves de corral; de modo que son, con frecuencia, más perjudiciales que útiles."
Pero su labor de verdadero humanista no quedó ahí. Fue el fundador de la Sociedad Española para la Propagación del Esperanto. No tardaron en llegar los reconocimientos: fue nombrado académico de la de Ciencias de Barcelona, se le otorgaron la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Cruz del Mérito Agrícola y Encomienda de la de Alfonso XII. En su último libro, El secreto de la dicha, publicado en 1921, dos años antes de su muerte, Ricardo Codorníu dice de sí mismo:
"Soy de los que jamás dicen lo que no sienten; aunque a veces, por respeto humano o por conservar la paz, he disimulado mis pensamientos"
Este extraordinario humanista fallecio en Murcia, el 26 de septiembre de 1923.
La obra Charlas sobre las aves fue reeditada en 1990 por la, entonces, Agencia Regional para el Medio Ambiente y la Naturaleza de la Región de Murcia; para que, y como dice su prólogo, "esta obra sea conocida por todos los murcianos".