El descubrimiento de los vestigios judíos

     Durante la construcción de un parador de turismo en Lorca tuvo lugar de manera accidental el espectacular hallazgo de una sinagoga de mediados del siglo XIV, la única que hasta ahora ha aparecido en la Región de Murcia.

     El descubrimiento puso de manifiesto la relevancia de la comunidad judía medieval de la ciudad del Guadalentín, al tiempo que despertó el interés por conocer sus avatares durante la Edad Media.

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     La comunidad judía en la Península Ibérica tuvo una importancia destacable en la sociedad medieval. Integrados dentro del mundo urbano, los judíos y los musulmanes tenían un tratamiento especial debido a su religión. Dependían directamente de los monarcas y se encontraban bajo su protección. A cambio, tanto musulmanes como judíos debían pagar un impuesto especial y exclusivo a dichas comunidades.

     Además de tratarse de una fuente de ingresos rentable para los monarcas, la protección a estas minorías étnicas tenía una justificación clara, pues se veían acosados por un sentimiento de exclusión social fuertemente defendido por la Iglesia cristiana.

Una comunidad eminentemente urbana

     A diferencia de las comunidades mudéjares que se dedicaron fundamentalmente al trabajo de los campos, para los judíos resultaba necesario y ventajoso vivir en la ciudad, protegidos por los muros y por la institución del concejo.

     Pero dentro de la ciudad vivían separados del resto de la comunidad en su barrio, llamado judería o aljama, que se diferenciaba claramente del resto de barrios de la ciudad por el uso de muros que cercaban el barrio.

     En el caso concreto de Lorca (ver vídeo), la judería se encontraba dentro de los muros de la alcazaba, accediendo a la misma sólo a través de la puerta del Pescado.

     La separación física de los barrios tenía como objetivos la protección de los judíos, pero al mismo tiempo significaba una clara división étnica de la comunidad de Lorca, dejando manifiesto que los verdaderos vecinos lorquinos eran los cristianos, y que los judíos se consideraban un grupo ajeno a las decisiones de la ciudad, pero al mismo tiempo necesarios.

La comunidad lorquina

     La judería de Lorca se constata ya en el siglo XIV, mostrándonos una comunidad muy activa y que aportaba una gran riqueza a la ciudad. Sus moradores se dedicaban fundamentalmente a las actividades artesanales y financieras. Su papel en el ámbito fronterizo fue muy activo, moviéndose con cierta libertad de un lado a otro de la frontera, activando las relaciones comerciales.

     A pesar de los tiempos difíciles vividos por los judíos en España a finales del siglo XIV debido a los ataques a las juderías, la comunidad de Lorca se mantuvo floreciente hasta el año 1492, momento en el que la política religiosa de los Reyes Católicos decretó la expulsión de todos los judíos de sus reinos.