Los cambios introducidos por la Orden de Santiago
Conoce gracias a las Nuevas Tecnologías cómo era la fortaleza de la Moratalla medieval cristiana: los cambios introducidos, especialmente, por D. Diego de Soto, sin olvidar todos los elementos típicos de cualquier fortaleza de la época, tales como el puente levadizo, la torre del homenaje, elementos que en el imaginario popular, recordemos las películas ambientadas en este periodo, son vinculados a estas construcciones y época.
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El prolongado conflicto fronterizo influyó en el urbanismo y fisonomía de la villa, hacia el año 1468 se mantenía amurallada, contaba con una población de unos 180 vecinos y poseía, además, un arrabal o barrio exterior, cercado a "casa muro", es decir, las propias fachadas de las viviendas prácticamente carecían de vanos y desempeñaban también la función de murallas.
Las frecuentes visitas a la encomienda de Moratalla por parte de los delegados de la orden para inspeccionar sus posesiones facilitan una interesante información sobre el castillo y las murallas de la villa.
El antiguo castillo islámico fue transformado y adaptado a las nuevas necesidades de sus nuevos señores feudales, convirtiéndose en un castillo donde residía el comendador, representante de la orden de Santiago, y que tenía que disponer de todas las estancias necesarias para almacenar y transformar los diversos productos pagados por los vasallos.
Zonas destacables
Un papel destacado desempeñaba la torre del Homenaje, símbolo del poder santiaguista y joya de la arquitectura militar, donde se realizaba el acto de lealtad y obediencia: el juramento de fidelidad.
Construida a mediados del siglo XV, la robusta construcción de planta cuadrada de unos 20 metros de altura y 9 de lado, se levantaba arrogante mostrando al exterior sus muros de mampostería (piedra sin labrar) reforzados por sillares en los ángulos. En el cuerpo superior se abrieron ventanas ajimezadas (gemelas) en los frentes oriental y occidental que rematan en arquitos trilobulados. Coronaba la torre un adarve o paso de ronda con almenas terminadas en pirámide y magníficos matacanes (garitas en voladizo) en los ángulos, para la defensa vertical de la torre.
En el resto del "fuerte" (así se conoce en este período al castillo) se habilitó un patio de armas a cielo abierto y alrededor varias dependencias dispuestas en tres alturas: bajo el nivel del suelo existía un aljibe para abastecerse de agua, una bodega de aceite, un lagar de vino y una mazmorra, en la planta baja unas caballerizas, un granero y una cocina, y en la planta superior, las dependencias nobles que constituían el palacio del comendador.