Fortaleza de Aledo

La fortaleza de Aledo era un punto vital entre las dos principales ciudades del territorio murciano pero también destaca su importancia como avanzadilla en la frontera con el mundo musulmán.

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Dada su situación fronteriza, el proceso de repoblación cristiana de Aledo no fue todo lo rápido que las autoridades santiaguistas hubieran deseado. En las últimas décadas del siglo XIII, los nuevos señores se limitaban a cobrar los impuestos de una escasa población campesina que sigue siendo mayoritariamente musulmana.

Primeros años bajo la órbita cristiana

Es muy significativo un documento fechado el 27 de julio de 1271, catorce años después de la cesión de Aledo a la orden, donde el maestre Pelay Pérez, en representación de la misma y el Deán D. García Martínez, representante del Cabildo eclesiástico de Cartagena, acuerdan la entrega anual por parte "de Aledo e de su termino" de cien maravedíes alfonsíes (moneda corriente de la época)  mientras "fuese Aledo de Moros".

A continuación expresaban el deseo de que, cuando Dios quisiera "que sea poblada de cristianos", se entregara sólo "la ochava parte de todos diezmos". Muestra de ese deseo fue la transformación de la mezquita, situada junto al castillo, en la iglesia de la villa con la advocación de Santa María.

La frontera: impedimento para la repoblación cristiana

La consolidación del reino de Murcia como un espacio fronterizo, con campos despoblados y una población muy concentrada en determinados puntos, dieron a Aledo un papel destacado como enclave defensivo sobre la gran banda territorial que separaba Castilla con el Reino de Granada.

Fue entonces, en la transición de los siglos XIII y XIV, cuando bajo el patrocinio de los nuevos señores santiaguistas, se construyó la impresionante torre del homenaje que, además de ser un elemento defensivo de primer orden, lograba proyectar esa idea de poder sobre los vasallos de la villa y campos circundantes.

Por medio de exenciones fiscales y con la concesión a Aledo en 1293 del fuero de frontera de Lorca, el maestre de la Orden, Juan Osórez, intentaba incrementar y estabilizar el poblamiento cristiano. Sin embargo, la situación fronteriza a finales del siglo XIII y la guerra entre Castilla y Aragón (ver flash) no propiciaron un asentamiento estable y continuado de repobladores.

S. XIV. Tímido crecimiento antes de la crisis

Su territorio sí se incrementó en los inicios del siglo XIV con la incorporación al término de la encomienda los lugares de Pliego y Yéchar (ver alfoz). A lo largo de ese fatídico siglo XIV, fueron las epidemias y hambrunas generalizas las causantes de un descenso demográfico y una grave crisis económica en toda Europa y en Castilla, crisis de la que no fue ajena la población aledana.