Economía andalusí
A diferencia del mundo cristiano feudal, la economía musulmana era eminentemente monetaria (con el dirham como moneda característica) basada en el intercambio de los productos que se cultivaban en las huertas y campos abiertos, gracias a la magnífica red de acequias y tecnología hidráulica empleada por los musulmanes para aumentar la productividad de las tierras.
Las ciudades servían de marco idóneo donde los campesinos y los artesanos se abastecían de los bienes necesarios. Así mismo, las ciudades se convertían en el escenario en el que el Estado garantizaba la fluidez de las transacciones comerciales y se aseguraba las rentas necesarias para sustentar el poder emiral.
El proceso de consolidación de Medina Mursiyâ fue largo. Lorca continuó manteniendo la preeminencia política sobre las ciudades de Tudmir durante todo el siglo IX, y sólo fue desplazada por Murcia durante toda la centuria siguiente. Es muy posible que el impulso final por el cual la nueva capital se erigió sobre las restantes urbes tudmiríes haya que relacionarlo con la fuerte política de autoridad estatal llevada a cabo por Abd al-Rahman III, proclamado califa en el año 929.
Estabilidad social y bonanza económica
A partir del 929, y gracias a este férreo control cordobés, se abrió un periodo de estabilidad social y bonanza económica que sin duda contribuyó a reforzar el desarrollo de la ciudad de Murcia durante el siglo X. Muestra de ello es la aparición de numerosas alquerías en la huerta murciana, surgidas gracias a los asentamientos agrícolas, como Zeneta, Bendamé, Benetúcer, Beniaján, Beniel, Beniscornia o Menjalaco.
La explotación de los cultivos y la progresiva presión demográfica, tanto de la pujante ciudad como de los asentamientos rurales en el espacio hortícola, llevó a un proceso de optimización de la producción agrícola para hacerla más productiva. Y así, hacia el siglo XI, comienzan a realizarse diferentes obras hidráulicas en el campo murciano, cuyo rasgo más característico es la red de acequias que permitió poner en cultivo una enorme área de regadío, el cual viviría su edad de oro en el siglo siguiente.
La "fitna" y el colapso del Califato
Cuando se produce la "fitna" cordobesa (colapso del califato y la aparición de numerosos estados independientes en al-Ándalus), los principales resortes políticos de la antigua cora (provincia) de Tudmir estaban situados ya en la ciudad de Murcia. Y fue un representante de uno de los principales linajes establecidos en la urbe, Ibn Tahir, el que fue capaz de proclamar la independencia de parte de la demarcación tudmirí en 1065 frente a las pujantes taifas de Valencia o Almería. No obstante, y también ejemplo de que el proceso no estaba culminado, es la autonomía lorquina en este fugaz episodio, que acabó en el año 1078 con la entrada de las tropas de al-Mutamid de Sevilla en Murcia.