Yecla en el ámbito andalusí
Dos años después del inicio de la conquista musulmana de la península, 713, es el comienzo también de las campañas conquistadoras sobre el sureste peninsular. Por lo que a las tierras murcianas se refiere, éstas estaban adscritas jurisdiccionalmente a un amplio territorio conocido por los musulmanes como la Cora de Tudmir, es decir, de Teodomiro, jefe visigodo que de forma independiente gobernaba una amplia demarcación de límites imprecisos que bien podían ir desde Lorca hasta Denia.
La invasión de estas tierras por los musulmanes llevó a Teodomiro a pactar con Abd al-Aziz la capitulación del territorio, hecho que se produce en el 713 y que se conoce como el Pacto de Tudmir. Tras la firma de este compromiso buena parte del territorio de la Cora como también numerosas ciudades quedaron en manos de los musulmanes.
El pacto de Tudmir
Frente a la idea tradicionalmente extendida de una conquista musulmana de la península a "sangre y fuego", lo cierto es que fueron frecuentes los pactos con la aristocracia visigoda en los que a cambio de la aceptación de su autoridad, los musulmanes respetaban las propiedades y, en función de los casos, incluso jurisdicciones y títulos nobiliarios (sobre todo si había conversión religiosa).
Fruto de esta política fue el pacto de Tudmir, que determinó los primeros pasos del periodo islámico en la zona que actualmente comprende el territorio de la Región de Murcia y por tanto de Yecla. Nos han llegado varias versiones del pacto de Tudmir, aunque la esencia del texto es la misma.
El despoblamiento del Altiplano
En lo que al interior de este territorio se refiere, el despoblado debió ser la tónica general en esta época. En el caso de Yecla, lejos quedaban ya los tiempos en los que los yacimientos hispanorromanos de la zona nos hablan de una ocupación dispersa del territorio, sirva de ejemplo el yacimiento de los Torrejones (s. I-V d.C.). A partir de este momento, s. V, hasta mediados del siglo XI, un período oscuro se hace dueño de la historia de la zona para el cual apenas si hay datos.
Necesidad de controlar el territorio
Con la llegada del milenio, se inicia una nueva página en la historia de las tierras del interior de la Cora, fruto de la presencia musulmana para afianzar el control del territorio, la vigilancia de las fronteras e incluso un reforzamiento de las estructuras islámicas, surgiendo, en este sentido, toda una serie de castillos o fortalezas rurales (hisn) en aquellas zonas más dispersas, fronterizas y alejadas de los centros urbanos. De esta forma se iniciaría la andadura de la Yecla islámica.