El origen de las espinacas presenta numerosas lagunas que hasta el día de hoy no han podido ser resueltas por los expertos en botánica, tan sólo algunas hipótesis apuntan a una primigenia variedad o forma original silvestre procedente del suroeste asiático.
Las primeras noticias de la introducción de esta planta en Europa se remontan al siglo XI d.C. cuando el pueblo musulmán, en su expansión hacia occidente a través del Norte de África, la llevaría hasta al-Andalus. No obstante el aislamiento de la Península Ibérica durante la Edad Media a consecuencia del dominio árabe sin traspasar los Pirineos (Su expansión hacia Europa se vio frenada por el líder franco Carlos Martel, derrotándolos en la Batalla de Poitiers o Tours, en el 732), resultaría un freno a la expansión del cultivo de espinacas hacia el norte del Viejo Continente. Sería una vez reconquistada la mayor parte de la península y gracias a las cruzadas cuando, durante los siglos XV y XVI, llegarían las plantaciones a zonas de Holanda, Inglaterra o Francia, aumentando así el consumo.
Más tarde se introduciría en el continente americano de la mano de los europeos, pero sería a partir de los años 20-30 del siglo XX cuando se convertiría en un alimento muy popular al descubrirse sus excelentes propiedades nutritivas y alimentar a uno de los personajes más famosos de los tebeos norteamericanos: Popeye, un simpático marinero que multiplicaba su fuerza al comerlas.
Una anécdota de la Primera Guerra Mundial cuenta que los soldados franceses con sensaciones de debilidad o cansancio bebían vino con un añadido a base de jugo de espinaca para recobrar fuerza debido a la creencia de que el alto contenido de clorofila en esta planta otorgaba poder de recuperación. El tiempo ha demostrado que las espinacas aportan una gran cantidad de energía al consumirlas, no contienen grasa y facilitan la digestión.
Actualmente el cultivo de esta planta se encuentra extendido por todo el mundo, siendo los principales países productores China, Japón y Estados Unidos. España destaca entre las naciones punteras con cifras superiores a las 60.000 toneladas anuales aunque muy lejos de las más de 300.000 norteamericanas y los 7 millones chinos.
La producción en la Región de Murcia se encuentra muy extendida, presentando mayor densidad en la Huerta de Murcia, Comarca del Noroeste o Cieza, superando las 1.400 toneladas y con buenas perspectivas de futuro ya que aumentan cada año.