Los boquerones en vinagre son otra de esas tapas que han ido pasando de generación en generación , sin perderse en el tiempo. Aunque el origen de esta tapa fue el de utilizar el vinagre como medio de conservación del pescado, cuando los frigoríficos aun no existían o bien escaseaban, su aceptación fue tal que los boquerones en vinagre son un plato con gran arraigo dentro del recetario murciano.
La preparación de estos boquerones en vinagre es tan sencilla como el plato en sí, ya que consiste en limpiar los boquerones quitándoles la cabeza y las tripas, y filetearlos para depués, una vez limpios, ponerlos a macerar en una preparación a base de vinagre, agua y sal, a la que le se puede añadir si se desea, laminas de ajo o perejil picado. Los boquerones una vez cubiertos con esta preparación , deberán permanecer en la nevera unas 48 horas para que se impregnen bien.
A la hora de consumirlos, se lavan los boquerones en agua fría para quitarle el exceso de vinagre, se colocan en un plato o fuente y se cubren con los ajos y el perejil picados, y con abundante aceite de oliva. También se pueden servir sobre rebanadas de pan tostado y untado de ajo.
Esta tradicional tapa nos permite así degustar un pescado, como en este caso es el boquerón, de forma sencilla y natural sin que pierda parte de su sabor.
Con estos boquerones podemos realizar la famosa tapa marinera, que cuando utilizamos boquerón recibe el nombre de marinero.
La Marinera es otra de esas tapas con gran tradición en la Región y en especial en las zonas del litoral. Esta consolidada tapa fría , junto a su 'prima hermana' la ensaladilla rusa, pasan a engrosar la lista de las más demandadas en épocas de calor.
De ahí que, sobre todo en verano, sea muy común ver en cualquier terraza a alguien degustando este sabroso y ligero tentempié que apetece a casi cualquier hora del día.
La marinera se trata pues de un bocado frío muy fácil de elaborar y también de consumir ya que consiste en una pequeña ración de ensaladilla colocada sabiamente sobre una rosca de pan tostado, y adornada con una anchoa en salmuera, ingrediente que le aporta su particular sabor a esta sencilla pero gustosa tapa.
Existen dos variedades para aquellos que no les guste la anchoa en salmuera: El marinero, que la anchoa se sustituye por un boquerón en vinagre y la bicicleta que solo será la rosquilla con la ensaladilla.
Su presentación es también muy básica, al servirse este en un pequeño plato sin más puesto que al tratarse la base de la tapa de una rosquilla facilita que se pueda comer con las mano sin requrir de cubierto alguno.
Acompañada por una espumosa bien fría, bien podría decirse que Marinera y caña hacen una perfecta, además de barata, combinación a la hora de salir de tapeo o de llenar el estómago a media mañana, de forma sana y ligera.