El origen americano, concretamente peruano, de la patata se ha descubierto recientemente gracias a una serie de investigaciones de la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos, hallazgos que han sido publicados en la revista científica especializada norteamericana Proceedings of the National Academy of Sciences.
A través de muestras de ADN de variedades silvestres y cultivadas han llegado a esta conclusión y a proclamar que su cultivo se inició hace más de 7.000 años en esta zona, extendiéndose de forma vertiginosa por Sudamérica. Sería España, tras el descubrimiento de América, quien durante el siglo XVI la introdujo en Europa, desarrollándose en muy poco tiempo extensas plantaciones de este tubérculo, convirtiéndose en un alimento básico para las dietas europeas. Los colonos que partieron desde el Viejo Continente hacia Norteamérica reintroducirían su cultivo y consumo en América, en este caso en su zona septentrional.
En las Islas Británicas la patata sería considerada desde fechas muy tempranas un cultivo esencial, convirtiéndose las patatas durante el siglo XVIII en el alimento principal de muchas de las clases medias y bajas de países como Irlanda. No obstante la dependencia de este alimento provocaría una de las mayores crisis de subsistencia conocidas en este último lugar, pues las ínfimas cosechas de patata de los años 1845 y 1846 debido a una enfermedad en las variedades, originaría una de las mayores epidemias y hambrunas de todos los tiempos, irrumpiendo enfermedades como la peste. Estos problemas indujeron una auténtica diáspora irlandesa a distintos países, pero sobre todo a los Estados Unidos.
A finales de este mismo siglo, durante la fiebre del oro en Alaska, el alimento escaseaba, realizándose trueques entre patatas y el mismo oro.
También en Alemania, aunque durante el siglo XX, la patata fue un alimento básico en un país que vivió en 25 años las dos grandes Guerras Mundiales.
Las propiedades nutritivas que forman parte de su composición, en especial los hidratos de carbono y el potasio, la convierten actualmente en uno de los productos primarios en Occidente, siendo los países con climas algo más fríos los principales productores como por ejemplo Alemania, Rusia y Polonia, aunque lejos del principal productor mundial: China.
En la actualidad, la Región de Murcia produce en todo su territorio cerca de 40.000 toneladas anuales de las variedades tempranas, semi temprana, media estación o tardía, aunque dependiendo de los años y las cosechas se pueden llegar a alcanzar las 50.000.