El origen de la coliflor está ligado al mar Mediterráneo, concretamente a su vertiente oriental, donde se encuentran Asia Menor, Líbano y Siria como referentes históricos de esta verdura. En la actualidad existen otras hipótesis que la asocian a una única especie proveniente de la forma silvestre, introducida en esta área desde la fachada atlántica europea.
Al igual que ocurre con otros alimentos, en un principio era utilizada simplemente como fármaco natural para aliviar los dolores de cabeza o la diarrea. Serían los romanos quienes comenzaron a cultivarla para su producción, comercialización y consumo. Así, debido a las innumerables conquistas durante su época imperial y al rico comercio que mantenían, la introdujeron en algunos países ribereños del Mare Nostrum.
No obstante aún pasaría algún tiempo para que las naciones punteras de Europa como Francia e Inglaterra generalizaran el cultivo de esta planta, concretamente en el siglo XVI, llegando a España durante el XVIII.
En la actualidad su consumo se encuentra extendido por prácticamente todos los rincones del globo que poseen climas templados, aunque es China el principal productor. En Europa la lista la encabeza Francia con cerca de 25.300 ha cultivadas, quedando España en 5 puesto con más de 9.000 ha (200.000 toneladas), de las que 900 pertenecen a la Región de Murcia, donde se obtienen anualmente cerca de 30.000 toneladas.
Zonas de producción
En la región existen diversas zonas que cuentan con un importante cultivo de coliflor, en parte debido a las posibilidades que supuso la introducción de los cultivos de regadío tras la apertura en los años 70 del siglo XX del Trasvase Tajo-Segura. Como áreas con mayor densidad de plantación destacan la Huerta de Murcia y el Campo de Cartagena.