¿Cual es el origen de esta tradición?
Existen diferentes versiones acerca de la procedencia de esta tradición. Una de la más extendidas dice que cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios del sol y la fertilidad, adornando un árbol de hoja perenne, en una fecha próxima a la Navidad cristiana. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo (Yggdrasil), en cuya copa se hallaba la morada de los dioses, y en las raíces más profundas estaba el reino de los muertos. Cabe destacar que en todas las culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado místico y poético.
Posteriormente, con la evangelización de estos pueblos, los cristianos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole totalmente el significado.
Se dice que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, cortó con un hacha un árbol que representaba al Yggdrasil, cumpliendo su misión de acabar con las costumbres paganas. En su lugar plantó un pino, que por ser perenne simbolizó el amor de Dios. Lo adornó con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las velas, se transformaron en esferas, luces y otros adornos.
Otros simbolismos cristianos del Árbol de Navidad
El Árbol de Navidad posee más simbolismos cristianos. Recuerda al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda que Jesucristo ha venido a ser el Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa al árbol de la vida o la vida eterna, por ser de tipo perenne. La forma triangular del árbol, característica de las coníferas, representa a la Santísima Trinidad.
Con el paso del tiempo, se sumó la tradición de poner los regalos de los Reyes Magos y de Papá Noel bajo el árbol.
Otra teoría más navideña
Existen otras teorías sobre el origen del Árbol de Navidad. Algunas están impregnadas de los valores y el espíritu navideño, como aquélla que sitúa el nacimiento de la tradición en Alsacia. Se dice que hace cuatrocientos años vivía allí un generoso sacerdote que, cada noche de Navidad, repartía entre los menos favorecidos de su pueblo alimentos, ropa y dinero que reunía durante el año. Un día, mientras preparaba los paquetes para los más pobres, al sacerdote se le ocurrió la idea de colgar los regalos en las ramas de un abeto próximo a la iglesia. Los pobres podrían así disfrutar del cielo estrellado de aquella noche clara mientras cantaban villancicos bajo el árbol. Fue tan agradable esta reunión que el Árbol de Navidad se transformó en un elemento indispensable de la fiesta navideña.