Las zonas pantanosas de climas templados del centro de Europa y el oeste de Asia fueron el origen del apio silvestre, precursor del que hoy se cultiva para su comercialización, aunque esta afirmación presenta una serie de discusiones por parte de numerosos expertos que consideran a esta planta natural de países del ámbito Mediterráneo.
El cultivo del apio parece remontarse al siglo IX a.C. Se trata de una hortaliza muy utilizada por civilizaciones como la egipcia, griega o romana, culturas que han introducido el cultivo de innumerables hortalizas, frutas y verduras en el sur de Europa. Sería un médico griego del siglo V a.C., Hipócrates, quien aconsejaría tomar el apio como un potente diurético, ya que hasta esos momentos tan sólo se aprovechaba como planta aromática. El aroma del apio silvestre era asociado con el culto a los muertos, así algunas tumbas griegas se cubrían con apio. En el mundo egipcio también se han hallado restos en pirámides que lo relaciona con el culto a los difuntos.
Pero sería en la Edad Media cuando las propiedades beneficiosas para la salud del apio se difundieron por el continente europeo, incrementando su volumen de producción y ensayando nuevas formas de cultivo.
Zonas de producción
Las regiones templadas de Europa y Norte América son las mayores productoras y comercializadoras de apio. Las variedades que muestran tonalidades de verdes pálidos han incrementado su mercado, disminuyendo las ventas de otras con colores intensos. Los distintos gustos europeos hacen que las producciones de países como Francia, España e Italia apenas compitan entre sí ya que cultivan diferentes tipos de apio (por ejemplo en Gran Bretaña se prefiere el apio verde pálido y en Francia el blanco). Las exportaciones españolas, donde se comercializa mayoritariamente apio verde, van dirigidas a Reino Unido (70 %), Francia (10-15%) y otras naciones como Italia, Suecia o Alemania.
En la Región de Murcia las zonas con mayor densidad de cultivo son la Comarca del Noroeste, Huerta de Murcia y Campo de Cartagena, contribuyendo todos ellos a la producción española con más de 52.000 toneladas anuales.