Jerónimo Quijano (Aprox. 1500-1563)
Aunque es difícil precisar la biografía del arquitecto Jerónimo Quijano, biografía que situaría su lugar de nacimiento en el norte de España, la importancia de la obra de Jerónimo Quijano en Murcia es tal que no puede por menos que ser nombrado en la relación de personajes relevantes en la historia de nuestra región.
Conocido como "El Montañés" debió trabajar con canteros del norte peninsular y formarse, entre otros lugares, en la ciudad de Burgos. En Granada fue ayudante de Bigarny y en Jaén trabajó en la sillería de la catedral, en el retablo y en la sillería del coro, colaborando con Juan López de Velasco.
A Quijano se le sitúa en Murcia en 1526, momento en el que es nombrado Maestro mayor de la Catedral de la ciudad, cargo que lo acreditaría para dirigir y participar en las obras de ampliación del templo catedralicio. A partir de este momento su vinculación a la ciudad y la región aumentaría por la compra de una casa en las cercanías de la catedral y de otras tierras y casas en otros puntos de la región.
Su primera intervención en la catedral consistió en seguir con los proyectos de su antecesor, Giacopo Florentino, encargándose del segundo cuerpo de la torre campanario. En este segundo cuerpo es visible la influencia estética florentina que existe en la obra del autor, que siempre gusta de cabezas fantásticas en una mezcla de bestiario naturalista muy propio del arte italiano manierista.
A estas obras de trazado arquitectónico seguirían la Capilla de la Encarnación, en 1527, donde adquiriría terreno para su entierro. Es sin duda una de las obras más peculiares de la catedral y su sistema de bóvedas sobre plantas cuadradas y elípticas le confieren una originalidad indiscutible.
También trabajó en la portada de la actual Plaza de la Cruz y la de la Sala del Cabildo, conocida también como la del Ecce Homo, de 1541, además de la famosa capilla de los Junterones.
Su trabajo y encargos se extendieron a otras villas de la antigua diócesis de Cartagena. Así, trabajó en Santa María de Chinchillas, en la portada y ventanas de las sacristías de la Capitular de Santiago, en Villena, colaboró en 1534 en las trazas de la Colegiata de San Patricio de Lorca y en la Iglesia del Salvador de Caravaca de 1536. Incluso llegó a tener encargos de ingeniería como el de una presa en las cercanías de Alguazas.
No se puede detallar el final de la vida de Quijano pero el año de la muerte del arquitecto debe estar cercano a 1563, ya que en esa fecha ya no consta como maestro mayor de la catedral.