En el mercado y conservación
El mejor momento para adquirir acelgas es en invierno, época donde las hojas alcanzan su tonalidad más oscura y contienen el mayor número de propiedades nutritivas.
Las acelgas deben seleccionarse tomando como referencia sus hojas, de color verde uniforme, brillantes, frescas, tiernas, sin manchas y con las pencas duras. Si sus hojas poseen un tamaño excesivamente grande, con un color verde amarillento y tallos fibrosos puede significar que ya ha florecido o lo hará en breve y sus pencas desarrollarán un sabor amargo algo desagradable. Las hojas blandas o deterioradas también debemos evitarlas en la compra de esta hortaliza.
La acelga posee una vida corta una vez recolectada, por lo que los nutricionistas convienen en la necesidad de consumirla durante los 3 o 4 días posteriores a ese momento, aprovechando de esta forma todas sus propiedades. Si se quiere conservar algunos días más es necesario congelarla, escaldándola previamente durante 2-3 minutos en agua hirviendo.
En la mesa
La versatilidad caracteriza las preparaciones que se elaboran en la cocina murciana con la acelga como ingrediente. Las recetas son muy variadas, pudiendo encontrar esta hortaliza en sopas, ensaladas, rehogadas con ajos y piñones, en bechamel, rellena, rebozada, en guisos, potajes o como guarnición de carnes y pescados.
No obstante, tradicionalmente la manera más común de elaborarlas es hervidas como en el potaje rápido de acelgas o en el potaje con tortitas de bacalao. Pero también se toman en nuestra región fritas con ajos y ñora. La variedad de acelga del campo posee preparaciones específicas en el recetario murciano.
En todo caso, las preparaciones con acelgas nos dejan otros exquisitos y nutritivos bocados, los caldos sobrantes de su preparación, perfectamente aprovechables para sopas ya que contiene buena parte de las propiedades de estas verduras.
Un consejo que siempre viene bien a la hora de cocinarlas hace referencia al tiempo de cocción de las hojas, menor que en las pencas, por lo que se deberán hervir en dos partes.
Uno de los problemas o dificultades con que se encuentran las familias a la hora de comer acelgas es la poca aceptación que poseen entre los más pequeños. Pero existen una serie de apuestas culinarias que aumentarán su consumo. Una de ellas consiste en dejar enfriar las pencas una vez cocidas y añadirlas como ingrediente en las ensaladas, también se pueden rellenar con jamón y queso, o palitos de pescado y gambas. En tortilla o pizza de verduras presentan un aspecto inmejorable, pero la elaboración más sorprendente llega en el postre, rebozadas y empapadas con leche cocida, azúcar y canela.