Asensio Sáez es autor de diversas crónicas sobre La Unión y de más de trescientos cuentos publicados en la prensa, de los cuales Belmonte Serrano recopiló treinta y cinco para editarlos en 1986.
Infancia y juventud
En un primer momento Asensio Sáez se decanta por la poesía publicando en 1950 un poemario llamado Cuatro esquinas, género que no tendría continuidad en la actividad literaria del escritor de La Unión, ya que pronto se inclina hacia la narrativa breve y los relatos, publicando cuentos en prensa.
De la década de los 80 destaca su novela corta Vivir no era una fiesta, con la que consiguió el Premio Gabriel Sijé en 1981, y en la que es patente la influencia de Gabriel Miró.
Asensio Sáez también realizó una breve incursión en el género teatral con dos piezas llamadas Felices veinte (1987) y Las soleteras (1988).
Madurez
La actividad literaria de Asensio Sáez durante gran parte de su vida se encuentra unida a los cuentos, ya que publica cientos de ellos en revistas y diarios locales, como el publicado en 1962 en La Verdad bajo el título Esquemas para la historia de una ciudad, y en los que destaca por su capacidad para crear ambientes.
También viene marcada la trayectoria literaria de Sáez por las crónicas de su tierra natal, entre las que sobresalen La Unión, su antología (1979) y Parte de Murcia (1979).
Últimos libros
En sus últimos libros Asensio Sáez continúa con su obra ensayística acerca de su tierra natal, con libros como La Unión: el paisaje, el cante, el trovo y la mina (1997) o La copla enterrada: teoría apasionada del cante de las minas (1998), pero siempre sin abandonar su actividad de cuentista, cuya aportación a dicho género literario en la Región de Murcia es especialmente notable.