Características
El albaricoque es el fruto del albaricoquero. Se trata de una fruta de entre 5 y 9 centímetros de diámetro, con forma redondeada y un surco que la divide por la mitad longitudinalmente. Muestra una gran gama de colores según variedades, pudiendo encontrarse albaricoques amarillentos, anaranjados o rosados, con vetas encarnadas. Su piel es aterciopelada, presentando una pulpa amarillenta-encarnada, de sabores que van desde el dulce al agridulce y con hueso liso de almendra. Su tamaño y forma dependen de cada variedad por lo que se podrán encontrar desde frutos con estructuras ovaladas a prácticamente redondas.
Su nombre en inglés y francés provienen del español, que a su vez parece mostrar influencias árabes (al-burquk) y latinas (praecoquus), haciendo referencia a la prontitud de su floración en verano. En la Región de Murcia se conoce también con otros nombres coloquiales, localismos como por ejemplo" albercoque" o "bercoque".
Las variedades Bulida, Mauricio, Valencianos, Real Fino, Moniquí y de Clases son las de mayor densidad en la Región de Murcia, siendo muy sensibles a las heladas desde que nace el cuajo del fruto hasta que su hueso queda endurecido.
Sus fechas de floración son diferentes ya que dependen de la climatología sufrida durante el año, incluso dentro de una misma variedad pueden variar por factores microclimáticos. Debido a estas circunstancias es usual observar campos de cultivo muy cercanos en los que la floración se retrasa o adelanta apenas 8-10 días, produciendo estampas asombrosas en los campos de Murcia. Una de las más espectaculares es la floración de Cieza donde se mezclan los diferentes colores de los albaricoqueros con melocotoneros, ciruelos y otros frutales híbridos.
Producción
La producción de las diferentes variedades de albaricoque en Murcia ha alcanzado una media de 113.000 toneladas al año, llegando incluso hasta las 130.000 toneladas en algunas cosechas. En total, la Región aporta el 55-60 % de la producción de esta fruta en España, concentrada en el sureste peninsular y Zaragoza.
No obstante a finales del siglo XX se vivió una fuerte crisis en este sector, ya que las variedades murcianas más habituales como la Bulida no se consideraban atractivas visualmente para el mercado de productos comercializados al fresco. Los estudios llevados a cabo por el CEBAS dieron como resultado nuevas variedades como la Estrella, Rosa, Sublime, Maravilla o Toñi con unas características más adaptadas a los gustos centroeuropeos con su carne naranja y buen tamaño.