Serie Tíber
270 x 70 cm. 1999
Siempre fascinado por la Antigüedad clásica, después de treinta años de vivir en Roma, Pedro Cano trabaja entre 1998 y 2000 en una serie sobre las puertas y la muralla de La Ciudad Eterna.
Estos óleos representan, en concreto, el corredor del Museo de la Muralla en Porta San Sebastiano, en Roma.
La dimensión, extremadamente alta, acentúa la estrechez del pasadizo, interrumpido por las innumerables fuentes de luz que entran desde las aberturas del mismo, y en una conjunción perfecta entre temática y formas es la perspectiva clásica la clave de la representación.
100 x 100 cm. 2000.
En la primavera de 2000, el artista pintó dos telas para una exposición que se realizó en el Palacio Apostólico de Loreto, en Italia, sobre las parábolas evangélicas. Trabajó sobre el Hijo Pródigo, y en los dos casos ( el otro óleo hoy forma parte del Museo de Loreto) concibió la escena en el momento del encuentro, de la reconciliación.
La referencia a la serie 'Abrazos', que Cano pintó en los años 80, es evidente. Aquí la escena de los dos hombres abrazados sucede frente a un paisaje que se desarrolló a partir de un cuaderno de viaje hecho en el Yemen.
Y una vez más, la expresividad concisa del gesto tiene su contrapunto idealista en las figuras que se diluyen en las perspectivas mágicas del paisaje.