50 x 100 cm. 1991
Nuevamente, Cano baja a la calle y de ella recoge una vieja máquina de escribir abandonada, que será su pretexto para rendir homenaje a la arqueología industrial.
La imagen que se pierde en aras del color, la dualidad positiva-negativa y la expresividad de una pincelada cada vez más suelta son las claves interpretativas de estos cuadros, donde Pedro Cano se recrea en la poética de lo cotidiano.
150 x 75 cm. 1991
Forman parte de un proyecto no realizado, para el cual, Pedro Cano había pensado retratar un grupo de personas a través de sus asientos cotidianos.
En un insistente lenguaje entre lo espiritual y material, estas sillas son un puro ejercicio pictórico.
Serie Hortus
Hortus azufre: 140 x 320 cm. 1992
Hortus I gris: 200 x 110 cm. 1992
Hortus II negro: 200 x 110 cm. 1992
Hortus III malva: 200 x 110 cm. 1991
Pedro Cano se inspiró para realizar esta serie 'Hortus' en la pintura pompeyana, principalmente en los huertos de la casa de Livia en Roma. Estos huertos estaban pintados en los recuadros que quedaban entre los elementos de arquitectura y pretendían reproducir los huertos del exterior.
En estos frescos existía una unidad cromática con predominio del rojo y en su recuerdo, el artista sigue manteniendo un monocromatismo, pero va jugando con una distinta tonalidad en cada una de sus obras ( gris, malva...).
Se trata también de un homenaje a los pequeños jardines domésticos que la gente organiza en los pueblos del sur de España e Italia.
Son huertos íntimos, pequeños y sencillos.
La fascinación que el artista siempre tuvo por la pintura abstracta, se evidencia especialmente en esta serie.