La temática en la obra de Pedro Cano es variada, va desde el mínimo pero minucioso apunte de una flor, una hortaliza o una puerta, a los paisajes urbanos (sean Roma, las ciudades del desierto o las azoteas de Nueva York) y de una naturaleza a las monumentales composiciones.
En 1983 con motivo de su exposición en la Universidad de Murcia, Mª Carmen Sánchez Rojas-Fenoll estableció, unos ciclos temáticos en la obra del artista: Imágenes de vida y muerte (1970-1974); Interiores, trajes, objetos (1974-1976), Diario de viaje (1977-1979) y Abrazos (1980-1982) y junto a ello citaba sus paisajes, sus lienzos de flores transparentes, sus diarios y sus cuadernos.
Estos ciclos no poseen una cronología cerrada, porque tal como ella indica, 'siempre que el pintor necesite expresar un determinado sentimiento, recurrirá, sin vacilar, a la imagen que mejor pueda reflejarlo sin importarle las analogías formales entre esta imagen y otras plasmadas en anteriores lienzos'.
Cano ha seguido cultivando en su trayectoria artística ciclos temáticos concretos, como son las series : '59 E. 7th Street' (1988), 'El lugar deshabitado' (1990), 'Clausuras' (1991), 'Hortus'(1992), 'De Abril a Septiembre'(1999) , 'Pedro Cano Ad Portas'(2000), 'Blanca'(2002); Todas ellas, series en las que se centraba la atención en un único motivo, ya sea la visión de la ciudad de Nueva York, las puertas de Roma o un huerto-jardín. No obstante, a pesar de esta uniformidad temática, cada cuadro lo concibe como un hecho plástico completamente distinto.
La temática se refiere siempre a lo cotidiano, aunque su primer ciclo temático se centraba en las Imágenes de vida y muerte, las cuales reflejaban las historias que sobre la guerra civil le contaron en su niñez. Es en ese momento cuando se da en su obra una relevancia de la figura humana, aunque ésta desaparecería por completo en determinadas series, como la titulada, precisamente, 'El lugar deshabitado' de 1990, en la que se muestran simplemente, una serie de objetos. No obstante, Cano retoma la figura humana cada vez que de ella precisa, como recientemente que ha realizado diversas obras sobre el desnudo.
Los objetos que aparecen en la obra de Pedro Cano superan su propia especificidad, sin dejar de ser ellos mismos, convirtiéndose en objetos generales y universales. Esto sucede por ejemplo en las imágenes de su Diario de Viaje, ya que en ninguna se retrata algo determinado : tal camión, tal casa, tal personaje. Cada camión y cada casa reflejados en los lienzos son el recuerdo que en la mente del pintor dejaron los infinitos camiones y casas que vio.
Enzo Bilardello en un apunte publicado en el Corriere della Sera con motivo de la muestra 'Clausuras' en la Cartuja de S.Lorenzo de Padula, en la provincia italiana de Salermo: 'su pintura, desnuda y esencial, no debe hacer pensar en renuncias.
Suceden más cosas en uno de sus cuadros que en aquellos que ilustran turbulencias de batallas y amplios repertorios de naturaleza'. BILARDELLO, Enzo, 'Sono senza dimensione le severe porte di Pedro Cano', Corriere della Sera, Roma, 29 settembre 1992.
El pintor afirmó en una entrevista realizada con motivo de su exposición en la Universidad de Murcia: 'no pretendo que mi pintura sea algo meramente decorativo ; porque yo necesito contar historias en mi pintura y que exista una simbiosis entre la misma pintura y el contenido ; porque no se puede desvincular nada del contenido del cuadro. A muchos les interesa la forma ; a otros, la materia ; a mí , el contenido total'.