El 30 de noviembre de 1872, día en el que Escocia e Inglaterra disputaron el primer partido de fútbol internacional de la historia, este deporte gozaba de una creciente popularidad en el Reino Unido, pero era absolutamente desconocido en España.
El 13 de marzo de 1876 se realizó la concesión del ferrocarril entre Águilas y Murcia (aunque finalmente la estación se construiría en Alcantarilla) lo que propició el nacimiento de una importante actividad económica que atrajo a numerosos inversores extranjeros. Las obras del ferrocarril coincidieron con las del puerto y más tarde con las del embarcadero de mineral de El Hornillo, lo que motivó que en apenas unos años se instalara en Águilas una importante colonia de ingleses.
El comercio del esparto
Tampoco pasaron desapercibidos para los comerciantes extranjeros los abundantes campos de esparto de la Sierra de Almenara. Durante las últimas décadas de este siglo se registró un intenso tráfico de barcos ingleses que venían a cargar el esparto. La pesada labor de carga les obligaba a permanecer amarrados durante varios días lo que permitía que los marineros tuvieran muchos momentos de ocio.
La colonia británica aumentó a partir de 1887, año en el que se fundó la compañía The Great Southern of Spain Railway Company Limited que recibió la concesión para construir el ferrocarril Lorca-Águilas-Granada. La masiva presencia de ingleses hace pensar que en esta época ya se jugaban partidos de rugby o de fútbol. No hay constancia documental acerca de la disputa de estos encuentros, pero es muy probable que durante la década de 1880 algún balón ovalado o redondo rodara junto a las playas de Águilas ante la incredulidad de los lugareños.
Juan Gray
La intensa actividad comercial e industrial generó una riqueza económica que propició la llegada de emigrantes en busca de fortuna. Por este motivo entre 1892 y 1893 apareció en Águilas (probablemente procedente de Cartagena) un escocés, natural de Aberdeen, llamado John Gray Watson (en España sería conocido como Juan Gray) que se dedicaba a la compraventa de productos. Gray tras comprobar el desarrollo económico de la ciudad decidió fundar la primera Casa de Banca de Águilas. En estos años ya se jugaba al fútbol en algún lugar de la localidad que no ha podido ser identificado, aunque los únicos practicantes eran los ingleses.
''El Monterúo''
A finales del siglo XIX, los habitantes de Águilas se implicaron, por fin, en la práctica de este deporte. La persona que popularizó el fútbol en la población no fue un británico, sino un aguileño. Se trata de Ginés García Abellán apodado ''El Monterúo'', hijo del consignatario de buques, Gabriel García Mora. La necesidad de conocer la lengua inglesa para el desarrollo de su negocio familiar motivó que Ginés García marchara en su adolescencia a aprender el idioma a Aberdeen (casualmente la ciudad natal de Juan Gray). Allí conoció aquel extraño deporte al que los británicos denominaban football. Tal fue su entusiasmo por el mismo, que cuando regresó a Águilas, entre 1896 y 1897, trajo entre su equipaje un balón de fútbol.