Joaquín Zamora
Pascual Cano Oliver
El Arroz de Calasparra (Oryza sativa L, en sus variedades de Balilla X Solana y Bomba), es un producto de máxima calidad que requiere un cuidadoso proceso de cultivo y unas condiciones climáticas e hídricas idóneas para la óptima maduración del grano, las cuales se dan en las zonas montañosas de las vegas de los ríos Segura y Mundo.
Preparación del terreno
El proceso de producción del Arroz de Calasparra se inicia con la preparación del terreno mediante la alternancia de cultivos que permiten un mejor aprovechamiento de la tierra:
De abril/mayo a octubre/noviembre, arroz; de noviembre a junio, trigo; de junio a diciembre, maíz y de diciembre a abril: leguminosas. Este ciclo se cierra a los dos años, para que las tierras descansen.
La parcela de leguminosas es triturada con el fin de que actúe como abonado verde del cultivo del arroz.
Finalmente, se procede a la inundación de las parcelas que se hallan divididas en unos bancales cuya inclinación permite que el agua sobrante pueda regresar a formar parte del río.
Proceso de siembra y cultivo del arroz
Entre la última semana de abril y la primera quincena de mayo, las parcelas inundadas son manualmente sembradas de arroz, aplicando de este modo el método tradicional de cultivo del Arroz de Calasparra.
A continuación se procede a la eliminación de las malas hierbas y al abonado del cultivo, del que únicamente se retirará el nivel de 7 a 8 centímetros de agua cuando falten diez días para la recolección.
Este tipo de arroz no se tiene que trasplantar cuando ha crecido, sino que las semillas (previamente remojadas) se esparcen a voleo sobre las cajas inundadas, evitando así que éstas floten.
Proceso de recolección del arroz
Durante el mes de septiembre, con las parcelas ya exentas de agua, se realiza la recolección del arroz y posteriormente se transporta a las industrias elaboradoras, donde el grano debe pasar por procesos de secado, almacenaje y molturado. Finalmente es envasado, etiquetado y preparado para comercializar.
Subproductos
Un aspecto interesante son los subproductos del arroz, es decir, el 40% del producto cultivado que no llega a comercializarse como tal porque no alcanza las características requeridas. Se convierte entonces en cascarilla, salvado, germen y medianos, que son de gran utilidad en la alimentación humana o animal y en fermentación para licorería, por ejemplo.
