Hasta principios de la década de 1970 el interés por el fútbol en Molina de Segura había sufrido muchos altibajos. Existía mucho apego por parte de los aficionados que, de modo más o menos organizado, formaban equipos para enfrentarse a otros jugadores de la población. Durante algunos años se federó un club que representaba a la localidad por los distintos campos de la Región de Murcia y las provincias limítrofes. Sin embargo, pese a las buenas intenciones de jugadores y directivos, las metas a medio plazo no eran muy ambiciosas, lo que derivaba en la desaparición del equipo.
La llegada de Joaquín Sánchez Rex a la presidencia del Molinense en el verano 1973, supuso un punto de inflexión en la historia del fútbol local. Sánchez Rex no sólo devolvió a los aficionados la ilusión por este deporte, ahormando una plantilla capaz de lograr un récord que aún perdura en el fútbol regional, sino que ,además, dotó a la ciudad de las mejores infraestructuras deportivas conocidas hasta entonces.
El gran legado que ha dejado Sánchez Rex a la ciudad de Molina de Segura ha sido un campo de fútbol: el estadio "Joaquín Sánchez Cánovas". Con este nombre el presidente del Molinense quiso homenajear a su padre. Treinta y dos años después de su inauguración, los ciudadanos continúan aprovechando estas instalaciones.
Juan Antonio Garre