Los aficionados del Real Murcia quedaron impresionados ante el nuevo recinto deportivo que ofrecía una serie de ventajas que no hallaban en La Torre de la Marquesa (buenos accesos, comodidad para ver el fútbol, etc.). El terreno acotado para la presencia del público era de 20 metros de ancho alrededor de la valla. Junto a ésta existían 120 tribunas que podían alojar a unas 1.200 personas. En términos generales se calculaba que unos 4.000 espectadores podían ver un partido con cierta comodidad en esta primera época. La instalación tenía un ligero desnivel para el desagüe con el fin de que el terreno de juego no se convirtiera en una laguna en los días de lluvia.
A mediados de diciembre la directiva del Real Murcia llegó un acuerdo con la del Martinenc de Barcelona, club en el que militaba el ex jugador murcianista, Juaiso García Calvo, para la disputa de sendos partidos los días 25 y 26 del citado mes. Las localidades para presenciar los encuentros se vendieron desde el día 24 en diversos lugares de la ciudad, entre ellos en la secretaria del club que estaba situada en la Calle Trapería, 62.
Actos de inauguración
Los actos de inauguración del estadio de La Condomina se iniciaron el jueves, día 25 de diciembre de 1924 a las 14:30 horas. En primer lugar se produjo la bendición del terreno de juego, a cargo de Antonio Álvarez Caparrós, Gobernador Eclesiástico de la Diócesis. Minutos después, el trío arbitral se dirigió a la tribuna en donde se encontraba Josefina Pardo, hija del presidente del club, a la que acompañaron al centro del campo dónde los capitanes de ambos equipos le hicieron entrega de un ramo de flores. Josefina Pardo se encargó de hacer el saque de honor y más tarde fue acompañada por los capitanes y el trío arbitral a la tribuna.
Este histórico día para el deporte de la Región de Murcia quedó inmortalizado en un reportaje fotográfico y en una grabación cinematográfica con todos los detalles del acto inaugural, desarrollo del partido y aspecto del terreno de juego que se exhibió en distintos lugares de Murcia; si bien esta última debió desaparecer poco tiempo después.
Inicio del encuentro
Pasadas las tres de la tarde se dio inicio al partido al que asistió un importante número de aficionados. El Real Murcia alineó a Juseph; Pagán, Pardo; Montoro, Largel, (a quien algunos diarios llamaban Larger por una pronunciación incorrecta) Marcos; Ricardín, Ariño, Thompson, Castro y Servet. El Martinenc jugó con Pallejá; Sala, Mariné, Comorera, Juan Calvo, Besas, Llaserá, Urrutia, Lakatos, Barrachina y Rodríguez. Arbitró el encuentro Manuel García Calvo, quien estuvo auxiliado en las bandas por Nicolás Ortega Lorca y Fernando Servet Spottorno.
En los primeros instantes del partido el dominio correspondió al Martinenc que realizó diversos acercamientos a la portería defendida por Juseph, aunque sin resultado positivo. Con el paso de los minutos, el Real Murcia se fue asentando sobre el terreno de juego y creando peligro, especialmente por la banda izquierda por la que Ricardín llegaba con cierta facilidad hasta la línea de fondo. Tras una internada del extremo murcianista, el balón llegó a Thompson quien cedió a Ariño y éste desde cerca batió al portero visitante logrando de este modo el primer tanto de la historia de La Condomina.
El primer murciano en marcar
Este gol le dio alas al Real Murcia que continuó acosando la portería rival, lo que se tradujo en el segundo tanto que, al igual que el anterior, tuvo su origen en un centro de Ricardín que, en esta ocasión, fue aprovechado por Castro para marcar tras beneficiarse de una mala salida del portero rival. Con victoria parcial del Real Murcia por 2-0 se llegó al término de la primera parte.
En la reanudación, Servet tras recibir un pase de Castro lanzó un fuerte disparo que supuso el 3-0. De este modo, Sebastián Servet se convirtió en el primer jugador nacido en Murcia en lograr un gol en La Condomina, puesto que los dos jugadores que habían marcado anteriormente (Ariño y Castro) habían nacido en el País Vasco y en Madrid, respectivamente. En los últimos minutos del partido el dominio correspondió al equipo catalán que, apoyándose en la buena actuación del húngaro Lakatos, dispuso de varias oportunidades para marcar, una de las cuales cristalizó en un gol conseguido por Urrutia que Juseph no pudo detener por estar tapado por varios jugadores.
Al día siguiente se disputó un nuevo partido entre ambos equipos que finalizó con el resultado de 2-2. El 27 de diciembre, los jugadores, directivos y algunos aficionados del Real Murcia se reunieron en un restaurante para celebrar la inauguración del nuevo campo de fútbol.