Sin duda, la labor de Maestre en la medicina legal fue copiosa y brillante. Teniendo en cuenta los avances actuales de esta disciplina y la repercusión de la misma en la sociedad actual, ya acostumbrada a sus métodos y procederes, asombra la labor de los forenses de finales del XIX. El doctor Maestre llegó a intervenir de oficio en 8260 asuntos de carácter judicial, además de asistir a 1300 autopsias, practicando 553 a lo largo de su carrera.
Requerido forense
Intervino en causas que llegaron a la opinión pública por ser polémicas, como la de los reos de Mazarete, llegando a ser conmutada la pena capital tras sentencia del Tribunal Supremo por las aportaciones del doctor que, tras un artículo publicado en 'El Liberal' de Murcia, consiguió movilizar la conciencia de médicos, políticos y personalidades del país, así como de toda una sociedad. El supuesto crimen no fue más que un suicidio de un labriego de Mazarete por el que habían sido acusados dos vecinos, padre e hijo. La medicina forense practicada por el doctor Maestre fue capital para la buena resolución del caso.
Otros casos renombrados fueron el de las niñas desaparecidas o los tres infantes encontrados en unas obras de la madrileña calle Cea Bermúdez, investigación para la que el doctor utilizó un faciocraneómetro diseñado por él mismo. También llevó a cabo el examen postmorten del ministro Canalejas, asesinado en la Puerta del Sol y la autopsia del anarquista Mateo Morral, quien atentó contra el rey Alfonso XIII en la calle Mayor de Madrid.
Académico reconocido
En 1899 publicaría 'Lesiones y Deformidad', un ensayo moderno que abordaría temas como la valoración médica legal del daño estético. El 10 de enero de 1900 sería nombrado representante oficial español en el XIII Congreso Internacional de Medicina de París y un año después vocal de la Junta Central de Organización y Propaganda del XIV Congreso Internacional de Medicina de Madrid. El 27 de febrero de 1902 leía su discurso de ingreso en la Real Academia Nacional de Medicina.