Municipios I
Debido al clima y su estratégica situación geográfica, el paso del río ha ido creando gran diversidad de paisajes, ya que en el transcurso de pocos kilómetros podemos encontrar tanto bosque de coníferas como zonas desérticas que a su vez crean el hábitat ideal para especies animales que ya sólo se pueden encontrar en muy pocos lugares. Todos ellos, aunque unidos por un denominador común, que es el río que los baña, son diferentes. Cada uno aporta algo distinto y especial que los hace únicos. Desde aquí vamos a intentar hacer un recorrido por todos estos pueblos, repasando principalmente sus valores naturales, pero también su historia, sus monumentos y sus fiestas.
Calasparra es el primer pueblo que el río Segura se encuentra a su paso cuando entra en la Región de Murcia. Cuenta con una gran variedad de paisajes: Secano, Huerta, Arrozales (únicos en Europa en tierras de interior). Esta comarca alberga uno de los mejores bosques de ribera de la Región; Cañaverosa. Un tipo de ecosistema de gran valor no sólo por su escasez a escala regional sino también por la biodiversidad que acoje (álamos, fresnos, sauces,...), y de fauna (búho real, águila culebrera e incluso nutria).
Su privilegiada situación geográfica ha facilitado el asentamiento de diversas culturas a lo largo de la Historia. Sus orígenes nos los encontramos en el paraje conocido como Calasparra Vieja, junto al santuario Virgen de la Esperanza.
Cuando llegamos a Calasparra hay varios lugares que no podemos dejar de visitar. Por orden cronológico, las pinturas rupestres de la Cueva de los Monigotes, en el Abrigo del Pozo, en el paraje de Los Almadenes. Están realizadas con un trazo esquemático, en colores rojizos. Son típicas del arte rupestre levantino y tienen una antigüedad aproximada de unos 4.000 años. El Arco de la Rambla es un segmento del acueducto romano, rehecho en el siglo XV, y que aun funciona transportando agua a los campos de arroz. El Santuario de la Virgen de la Esperanza está situado al amparo de un abrigo natural junto al río Segura, a tan solo 5 kilómetros de la ciudad. La construcción es del siglo XVII, aunque hay indicios que indican que la Virgen se veneraba desde mucho antes. La Torre del Reloj es una edificación de aire mudéjar, realizada en ladrillo, que preside la calle Mayor de Calasparra. En lo alto de la torre destacan las cuatro esferas del reloj que le dan nombre.
La siguiente población a la que nos lleva el cauce del Segura es Cieza, capital natural de la comarca de la Vega Alta del Segura. Debido a su situación estratégica junto al río, ha sido denominada la puerta norte de la Región de Murcia. Poblada desde tiempos remotos, destaca entre muchas cosas por sus yacimientos Paleolíticos y Neolíticos, únicos en el Arco Mediterráneo y declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Habitada posteriormente por íberos (yacimiento de Bolvax), por romanos y visigodos y por los árabes (conjunto arqueológico de Medina Siyasa).
Cercanos al río encontramos árboles de hoja caduca, como álamos, fresnos, chopos y sauces, así como juncos, cañaverales y adelfas (baladres). Destacable es su impresionante cañón de Los Almadenes, declarado como Espacio Natural Protejido. Alejándonos del río, las zonas boscosas están desapareciendo por diversas causas, una de ellas la falta de agua. Esos terrenos son ocupados por matorrales como tomillo, romero, coscoja, esparto, entre otros. Lo mismo ocurre con la fauna, aunque todavía se pueden encontrar liebres, conejos, zorros, jabalíes, tejones, lagartos y culebras; aves como búhos, mochuelos, cuervos, grajos, perdices, torcazos, tórtolas, chorlitos, jilgueros gorriones y abejarucos, y algunas especies en peligro de extinción como águilas, y martínes pescadores.
Al visitar Cieza es imprescindible pasear por su Balcón del Muro, desde donde se puede apreciar toda la riqueza de la vega y el río Segura. Tampoco debemos perdernos La Ermita de San Bartolomé, edificio más antiguo de la ciudad junto con la Casa de la Encomienda, que fue la Torre del Homenaje de la fortaleza que la Orden de Santiago construyera entre 1477 y 1491.
Un atractivo añadido a la ciudad son sus Mercadillos de los Frailes, celebrados desde octubre a mayo, el último domingo de cada mes en el callejón junto al antiguo convento de los franciscanos. En estos mercadillos podemos encontrar todos los productos típicos de la zona.