La arquitectura residencial andalusí queda magníficamente representada en las viviendas excavadas en Siyâsa. Tras diversos trabajos arqueológicos en el yacimiento se han recuperado 19 casas, la mayoría de ellas siguiendo la estructura de patio central desde el que se accede a la práctica totalidad de las estancias, siendo el esquema más generalizado en los poblamientos urbanos o semiurbanos andalusíes.
Son viviendas replegadas hacia el interior, herméticas con relación a los lugares públicos debido a la concepción islámica del núcleo familiar, por lo que apenas disponen de aberturas al exterior. Para guardar esta intimidad, la entrada a las casas se realizaba a través de estrechos adarves privados o semiprivados que llegaban hasta las puertas de acceso. A la vez, el ingreso no es directo sino que se realiza a través de un zaguán acodado que conduce directamente al patio central. La climatología del sureste peninsular español fue uno de los principales motivos de la existencia del patio central en las viviendas andalusíes, puesto que la escasez de precipitaciones y benignidad térmica posibilitaban el desarrollo de gran parte de las actividades cotidianas en un espacio desprovisto de techumbre.
El análisis del caserío ha permitido a los especialistas diferenciar dos tipos de viviendas en el poblado, denominadas desde 1990 casas de tipo complejo y de tipo elemental. A pesar de esta diferenciación las viviendas de las dos tipologías podían encontrarse en un mismo barrio. Las casas de tipo complejo se distinguen por sus grandes dimensiones, superiores a los 70 m², aunque pueden llegar a sobrepasar los 200, así como por presentar cuatro crujías en su estructura. Las casas de tipo elemental no superan los 50 m² de superficie y, debido a la reducción de espacio, han perdido alguna de las crujías que rodean el patio. Parece ser que estas viviendas poseían una estancia multifuncional que serviría como cocina, salón, alcoba y tinajero.