Siyâsa fue un asentamiento rural típico del sureste de la Península Ibérica. La agricultura era la base económica del caserío, pero también la principal fuente de disputas entre los campesinos y los almojarifes, que eran las personas encargadas de recaudar las rentas. Al igual que en otros poblados musulmanes con un clima parecido al de Siyâsa, los habitantes siyâsíes introdujeron cultivos tropicales como el arroz, el trigo duro, la caña de azúcar, algodón, berenjenas, sandías, espinacas, alcachofas o plátanos, que necesitaban de mucho regadío.
Para ello construyeron grandes complejos hidráulicos, aprovechando los manantiales cercanos y el caudal del río Segura, aunque también adaptaron acequias ya levantadas por los romanos. En la actualidad, algunos de estos artilugios se encuentran en funcionamiento, trasladados pocos metros de su ubicación original. La incorporación de nuevos cultivos relegó a un segundo plano a la tríada mediterránea (trigo, olivo y vid), además de propiciar cambios en los métodos de trabajo, ya que precisaban el uso intensivo de la tierra, así como mayor dedicación por parte de los agricultores a lo largo de todo el año, incluido el verano, que dejó de ser un período de inactividad agrícola.
Huertas regadas mediante fuentes
Existen fuentes naturales en el término municipal de Cieza que ya fueron utilizadas para el regadío durante el período andalusí, tal es el caso de las Fuentes de los Zaraiche y El Ojo, alcanzando esta última con su riego una extensión de aproximadamente 900 tahúllas. En torno a estas tierras se han encontrado restos de alquerías de pequeño tamaño, seguramente 4 ó 5 viviendas, aunque en la zona de la actual ciudad posiblemente el poblamiento fuera algo más denso. La importante alquería de Ascoy, única reconocida en los textos castellanos, también contaría con una fuente que podía llegar a irrigar cerca de 1.000 tahúllas de tierra. En 1316, ya en manos cristianas, sería adquirida por la Orden de Santiago.
Huertas fluviales
En la actualidad, existen en la margen derecha del río Segura las acequias de Andelma y Don Gonzalo, mientras que en su margen izquierda se encuentran las de Los Charco y El Horno. Andelma y Los Charcos parecen ser las primeras realizadas, ya que discurren más cercanas al río, mientras que las otras dos descienden más alejadas del cauce. Según un estudio de A. Bazzana y J. De Meulemeester existirían tres fases en los regadíos de la vega del Segura a su paso por Cieza:
-La primera y más antigua se daría durante el nacimiento del poblado de Siyâsa y estaría formada por pequeños sistemas hidráulicos a lo largo de las dos riberas que tomaban el caudal del río, delimitando sectores circulares. Estas zonas eran explotadas por grupos asentados cerca de las tierras de cultivo.
-Durante la segunda fase se excavarían los canales para unir acequias independientes realizadas durante la etapa anterior. Esto supuso el paso del sistema segmentario previo de parcelación de la tierra y regadío a otro más unitario y complejo.
-La tercera fase complementaría a la segunda y supondría un gran incremento en la zona irrigada, pero se realizaría ya en época cristiana.
Cultivo de plantas textiles
En las excavaciones realizadas en pozos negros de Siyâsa se encontraron fragmentos de esteras fabricadas con esparto, que indican un uso cotidiano de tal material. Al igual que el cáñamo o el lino, el esparto ha constituido un recurso explotado por los ciezanos desde la Baja Edad Media hasta la actualidad, por lo que es probable que se cultivase ya en época andalusí.