Durante el siglo XI y principios del XII, Siyâsa perteneció al Valle de Ricote, cuya ciudad más representativa era Ricote. Sin embargo, durante la centuria del XII la importancia como núcleo poblacional adquirida por Siyâsa terminó por causar la segregación. Se trató de un típico asentamiento rural musulmán, que con el paso de los años y el crecimiento de la población tomaría importancia dentro del Reino de Murcia, dependiendo de él una serie de alquerías ligadas a la producción agrícola en la vega del Segura. Es probable que el incremento demográfico y económico del asentamiento requiriese visitas esporádicas a su alcazaba de un administrador del Estado.
Las fuentes disponibles no precisan ni el tamaño ni la densidad de población que pudieron llegar a alcanzar algunas de las alquerías que se extendían por la planicie que forma el cauce del río Segura en su margen izquierda, sin embargo, el hallazgo de piezas cerámicas relativas a los siglos XII y XIII junto al paraje del Gorgotón, refieren que algunas casas de labor aparecían ya en la misma salida del Cañón de los Almadenes. Desde este punto hasta la ubicación de la actual Cieza se han encontrado varios indicios que revelan la existencia de asentamientos y actividad agrícola en época andalusí.
A los pies del Monte del Castillo se encontraba el poblamiento de alquerías de mayor densidad, puesto que al ensanchamiento de la vega se uniría la presencia de manantiales como los del Ojo-Pulguinas y los Zaraiches. En el casco antiguo de Cieza también han aparecido objetos de cerámica musulmana que hablan de asentamientos relacionados con la red de acequias y el cultivo. Río abajo, en el poblado romano de Bolvax se hallaron fragmentos de cerámica andalusí, que confirman la extensión del área de aprovechamiento agrícola de las alquerías, en concreto, formas abiertas vidriadas y vajilla de cocina con cubierta vítrea interior, que pueden pertenecer a un asentamiento durante los siglos XII y XIII.
Todas estas alquerías serían núcleos de escasa entidad cuyos habitantes estarían unidos por lazos de parentesco formando familias amplias, patrilineales, que se articulaban entre sí por vínculos de linaje. El gran mercado existente en el poblado de Siyâsa permitiría el comercio de los productos que producían los habitantes del llano y la adquisición de artículos elaborados en el caserío. En el resto del territorio abundaba el pastoreo, la caza o la recogida de leña.