Materiales constructivos
Los materiales más usados para la construcción de los encofrados de los muros exteriores de las viviendas de Siyâsa son yeso, piedra, cal y tierra, abundantes en el mismo solar o en sus inmediaciones. Los pavimentos interiores de las casas y de las calles se realizaban con yeso y una pequeña adición de calcita. Los ladrillos son exiguos y de escasa calidad, sólo aparecen en ciertos tabiques, jambas, pilares de umbrales, pórticos, hogares y algunas bóvedas de escalera como las de la Casa 10. Este reducido empleo aumenta el carácter rural del poblamiento siyâsí. Supliendo a estos ladrillos encontramos el adobe, sobre todo en la construcción de tabiques en las alacenas y alcobas o alhanías.
Para las cubiertas se emplearon tejas de medio cañón, apareciendo, en ocasiones, terrazas. Las techumbres interiores y los encofrados incorporaban gran utilización de la madera, también usada en los armazones de los grandes arcos. El paso del tiempo y la necesidad de obtener combustible tras la reconquista cristiana causó la desaparición de esta materia prima en el despoblado de Siyâsa. El cañizo debió de ser muy abundante y se utilizó para sustentar obras de yeso.
Técnicas constructivas
En una superficie tan irregular como la ladera del Monte del Castillo de Cieza una de las primeras labores que se efectuaron para lograr su urbanización fue el aterrazamiento. Se desconoce con precisión el número de terrazas que horadarían las laderas del cerro, aunque se sabe que existieron casas provistas de estancias emplazadas en diferentes terrazas, separadas, pues, por algunos metros de altura.
Los muros de carga de las viviendas de Siyâsa estaban realizados en tapial o encofrado con distinto grosor, dependiendo del grado de exposición a la intemperie, así como del peso que soportaban. Las cajas inferiores de los muros principales de las casas presentaban mampuestos más duros y resistentes elaborados con piedra, cal y yeso; mientras que las cajas superiores del tapial eran de tierra.
Cuando se abría un vano entre las cajas superiores, las jambas se reforzaban mediante la utilización de piedra y yeso para hacer más resistente este hueco a los empujes laterales y superiores. Los vanos del interior de la vivienda, que ejercían de puertas, ventanas o miradores, normalmente se enriquecían con arcos decorados. Los tabiques interiores se levantaban mediante ladrillos o, en mayor medida, con obras de mampostería o adobe. Las techumbres se realizaban a partir de vigas de madera, que soportaban un entramado recubierto por el enlucido de yeso general del interior de la casa.
La totalidad de las paredes, exteriores e interiores, así como las techumbres interiores, poseían apariencia de obras de mampostería debido a las reparaciones sucesivas, ya que todos los años se restauraban los posibles desconchones o imperfecciones de las paredes con un enlucido en yeso, encalado con posterioridad.