Los sistemas hidráulicos utilizados en Murcia a lo largo de la historia han sido aplicados por sus constructores para cubrir tanto las necesidades básicas de conducción y abastecimiento del preciado líquido como para riego o disfrute en balnearios y termas, los yacimientos arqueológicos y la permanencia de algunos de estos sistemas dan prueba de ello.
En una tierra donde el déficit hídrico o la tendencia natural de ríos y ramblas es la de desbordarse, no es de extrañar que abundaran los ejemplos de estructuras y maquinarias, especialmente de aquellas que mejoraran los sistemas de riego y ofrecieran los aportes hídricos necesarios.
Sin duda los elementos hidráulicos que más llaman la atención son los utilizados para el riego de los cultivos, tanto por la peculiaridad de maquinarias y sistemas como por la longevidad de los mismos, ya que en Murcia su utilización se prolongó y remodeló desde su implantación en época medieval hasta prácticamente el siglo XIX.
Unas tierras privilegiadas para una civilización eminentemente agrícola
Conocemos el aprecio que los árabes tuvieron por las propiedades del sustrato del terreno murciano, y siendo una civilización muy ligada al cultivo de la tierra es fácil entender la gran cantidad de aportaciones que hicieron al desarrollo de la ingeniería hidráulica en la Región.
Sin embargo, no hay que olvidar que los árabes, en muchas ocasiones, reutilizaron estructuras posiblemente de época romana, rehabilitándolas o continuando su eficacia a lo largo y ancho de nuevos territorios. Así nos consta en los yacimientos arqueológicos de algunos balnearios y en algunas fuentes y textos de geógrafos árabes como Al-Himyari, que describen los canales de conducción de agua hechos por los antiguos que riegan el norte y el sur de Nahr Mursiya, se referiría Al-Himyari a las acequias de La Alquibla y La Aljufía.
Los sistemas de conducción de agua o de embalse de la misma se continuaron en Murcia a lo largo de los siglos, modernizando las técnicas y los soportes de fábrica y construcción, pero sin duda las trazas de época medieval vinieron a suponer el patrón a seguir a lo largo del tiempo.