Historia de la iluminación en Mazarrón
El primer intento de alumbrado público fue con gas estableciendo para ello un contrato con la Compañía General de Crédito, si bien no llegó a cuajar en la localidad, esta Compañía inauguraba el servicio en Cartagena, en 1861. A finales de febrero de 1865 el ayuntamiento de esta población costera, de unos 1.900 habitantes, aprobaba la instalación del alumbrado público con 10 faroles de reverbero y 26 ordinarios. Junto con el barrio de El Puerto, Mazarrón consumía en petróleo, para 1870, 541,1 escudos anuales y de 15 a 19 escudos bimensualmente que se iban en material de alumbrado. En 1888 se cambiaron las farolas iniciales en un intento de mejorar el servicio. Pasados los años se optaría por un tipo de subasta similar al de Murcia mediante el que se ofrecía un precio por decalitro.
A pesar de la vinculación política y administrativa de ambos núcleos de población, por lo que al tema que tratamos se refiere funcionaron casi de forma independiente a partir de 1901 con subastas y subasteros distintos y temporadas en las que incluso las fuentes de energía eran diferentes.
Primeras iniciativas
Subasteros de petróleo aparte, puede decirse que Mazarrón tuvo energía eléctrica a temporadas. Debido a la importancia minera de Mazarrón, a su potencial económico y a los muchos viajeros que pasaban por su término, a finales del siglo pasado disfrutaba de una etapa de desarrollo favorable que le permitió situarse entre los primeros municipios de la región; por consiguiente, no es de extrañar que también fuese pionera en el alumbrado eléctrico. En 1889 se firmaba pliego de condiciones para el posible cambio de energía en el alumbrado, sin embargo, todavía hubo de aguardarse unos pocos años para que este propósito se hiciera realidad.
Efectivamente, tres años después Santiago Olivera Bazterrica solicitó que se le adjudicara el suministro de fluido eléctrico con destino al alumbrado público, lo que consiguió enseguida, aunque para la instalación tuvo que solicitar prórroga en 1893 si bien cedió sus derechos a The Mazarron Electric Light C0. Ltd., quedando como apoderado de esta compañía. Es evidente que no debían irle bien las cosas porque a comienzos de 1895 fue sustituido como apoderado por Eduardo J. Pearse. Por fin, el 1 de febrero de 1896 el ayuntamiento recepcionaba, provisionalmente, la instalación del alumbrado público y un mes más tarde electrificaba la casa consistorial.
El 4 de septiembre de 1899 rescindió el contrato por mal servicio con la Sociedad The Mazarron Electric Light, C0.Ltd., dejándole a deber 6.000 pesetas. En julio de 1902 todavía estaban pendientes atrasos, momento en el que el representante de la Compañía ofrece al ayuntamiento sus servicios una vez más. Debieron llegar a un acuerdo puesto que volvió a servir fluido las tres ultimas semanas de ese mismo mes y ya hasta que acabó el año. Pero en octubre el ayuntamiento solicitó un reconocimiento pericial de la Compañía a los letrados murcianos Salvador Martínez Moya y Pedro Baró Sánchez. A pesar de lo aparatoso del conflicto entrevisto, las medidas tomadas debieron dar buenos frutos por que a comienzos de 1903 continuaban iluminando Mazarrón, aunque -todo hay que decirlo- no sin ciertos problemas que en marzo se agravan hasta el punto de que se hace necesario recurrir nuevamente al alumbrado de petróleo.
En mayo de 1904 ofrece suministro de fluido eléctrico Francisco Marcelino Baguasco sin que logre concretar sus ofertas en contrato, puesto que a partir de agosto de ese mismo año sabemos que se pagaba este servicio a otro contratista, Dionisio Espinosa Pérez, al costo de 800 pesetas mensuales.
Sin embargo, El Puerto, tal como ya apuntábamos líneas atrás, siguió una trayectoria diferente porque, aparte de subasteros y reparadores distintos, si bien el precio del petróleo, cuando lo compartían era el mismo, el presupuesto para alumbrado fue bien distinto debido a unas necesidades de alumbrado muy inferiores a Mazarrón. Sirva de ejemplo que en 1902 este pequeña barriada costera gastaba al trimestre unas 835 pesetas. Posiblemente la electricidad le llegaba en 1915.
En 1914 el fluido eléctrico para Mazarrón era suministrado por Francisco Noguera Albacete. En ese año las lámparas quedaron tan dañadas por "mano airada" y gamberrismo que se acordó proveerlas de redes protectoras. En 1918 la fábrica de electricidad era conocida como "La Encarnación". En 1925 el suministro de fluido eléctrico estaba en manos de Vicente Martínez López.