Patrimonio de la Humanidad
El Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica engloba manifestaciones de los períodos Paleolítico, Epipaleolítico, Neolítico y Eneolítico. Cada una de ellas posee unas características determinadas, estilos y técnicas que las definen, no sólo en Cieza y la Región de Murcia sino también en las seis Comunidades Autónomas que componen la Declaración de Patrimonio de la Humanidad de este tipo de representaciones.
Arte Paleolítico
El Arte Paleolítico se dio a lo largo del Paleolítico Superior y recoge posiblemente las primeras muestras artísticas que el ser humano dejó sobre la tierra en forma de pinturas, grabados o esculturas. Leroi Gourham definió cuatro estilos dentro de estas manifestaciones, abarcando entre sus características el color de las figuras, las formas, la temática y, por supuesto, la cronología. En la actualidad se sigue manteniendo, aunque con algunos matices, esta clasificación:
-Estilo I, dentro del período cultural del auriñaciense típico y datado entre 30000-25000 a.C.
-Estilo II, dentro del período cultural del perigordiense superior y solutrense antiguo entre 25000-20000 a.C.
-Estilo III, dentro del período cultural del solutrense medio y superior y datado entre 20000-15000 a.C.
-Estilo IV Antiguo, dentro del período cultural del magdaleniense inferior y datado entre 15000-12000 a.C.
-Estilo IV Reciente, dentro del período cultural del magdaleniense superior y final y datado entre 12000-8000 a.C.
Las pinturas paleolíticas encontradas en Cieza corresponden a las Cuevas de Jorge, Las Cabras y El Conjunto del Arco. Se trata de las manifestaciones parietales más antiguas halladas en la Región de Murcia y sus paralelismos estilísticos con las composiciones valencianas, cántabras y francesas las acercan al llamado estilo III del Paleolítico Superior.
Arte Postpaleolítico
El primero de los dos estilos encuadrados en la Región de Murcia dentro del período postpaleolítico se denomina Naturalista-Levantino debido a su técnica específica, al estilo formal de sus manifestaciones, especialmente en el realismo con el que están tratados los zoomorfos y a la región geográfica en la que se encuentra adscrito, en las cercanías de la costa mediterránea española, aunque también se ha hallado en zonas de interior, como Huesca.
Se trata de un estilo encuadrado en el período epipaleolítico, transición entre el Paleolítico y el Neolítico, y se relaciona con una sociedad de cazadores-recolectores que comienzan a cambiar sus hábitos de vida para, progresivamente, avanzar hacia sociedades más estables en sus asentamientos y que desarrollarán su economía en torno a la ganadería y la agricultura. En Cieza existen varios ejemplos de este estilo, siendo posiblemente uno de los más significativos la escena de danza ubicada en el Abrigo I de Los Grajos, en la Sierra de Ascoy.
El segundo, el estilo esquemático es el de mayor difusión geográfica de todos los que se han encontrado en la Península Ibérica, incluyéndose dentro de él el Subesquemático (o semiesquemático) por tener el mismo concepto abstracto y el Subnaturalista (o seminaturalista) debido a la similitud en la técnica. Aunque la cronología de estas pinturas aún no está del todo definida parece que se corresponden con los períodos culturales del Neolítico y Eneolítico, remontándose en torno a los milenios VI al III a.C.
En estos momentos la sociedad ganadero-agrícola se había asentado definitivamente en la zona, aprovechando los recursos económicos y ocupando lugares próximos a los centros de materias primas. Un claro ejemplo de esta situación se dio en Cieza donde existen un gran número de manifestaciones rupestres en abrigos y cuevas situadas en el entorno del río Segura, concretamente en el Cañón de los Almadenes. La cercanía de este cauce y su aprovechamiento para el cultivo lo convirtió en un lugar propicio para el hábitat.