Años madrileños. Período de aprendizaje
Su relación con la Escuela de Vallecas deja huella en su obra, eminentemente paisajística. Sus paisajes reflejan el alma y su esencia como en los paisajes castellanos que describía Azorín.
Período de madurez
En 1989 presenta, en una exposición individual realizada en Murcia, una obra realizada en grandes formatos, que demuestran un cambio de gran notoriedad: una obra más contenida si cabe y de una expresividad indiscutible.
En sus años de plenitud Manuel Avellaneda posee un lenguaje propio basado en la temática paisajística de profunda intensidad.
La captación de luz y espacios mediante el uso de una pintura empastada de verdes, azules y rojizos anaranjados hacen que los paisajes de Manuel Avellaneda se conviertan en una obra única.
Las últimas obras, sus bodegones, reflejan un Avellaneda distinto y menos conocido. Obras: El porche, Tarde mediterránea y Marina.