Localización
Es norma común en ellos estar situados muy próximos a las actuales zonas de cultivo, pasos naturales y antiguas vías de comunicación.
En ningún caso se encuentran retocados por la mano del hombre aquellos que están en zonas boscosas de interior, como los estudiados en el Barranco del Sil, algunos de la Sierra del Molar, o en lo alto de montañas como el Calderón del Cantarero.
Estos petroglifos, a pesar de constituir calderones importantes y grandes para el consumo y suministro de agua, carecen de construcción alguna de canalillos pese a estar situados en grandes superficies de losas limpias de vegetación y fáciles de trabajar.
Con ello se demuestra que el hombre primitivo vivía cerca de llanos y cerca de antiguas vías de comunicación, como se ha comprobado en otras ocasiones, en las que han despreciado pequeños cerros aislados, siendo fáciles de fortificar, o extraordinarias cuevas para ser habitadas que, al estar en el interior de las sierras, no se han utilizado.
Relación de yacimientos
Se han catalogado todos los petroglifos de Jumilla con un número y una letra. El número indica el orden que se le ha dado el yacimiento y la letra los petroglifos identificados en ese yacimiento.
De este modo, todos tienen su identificación y también los próximos en aparecer pueden seguir catalogándose de esta forma.
Calderón de Garay: 1/A |
La Tella: 23/A |