Abandono
La cronología del edificio excavado por Emeterio Cuadrado e interpretado como un santuario ibérico, hoy en día no se puede determinar con precisión. Dada la similitud de estilo y de las vestimentas de los exvotos humanos del Cigarralejo con otros de bronce, procedentes de Andalucía, o con la escultura en piedra del santuario albacetense del Cerro de los Santos, así como la aparición de fragmentos de cerámicas griegas, llevó a Emeterio Cuadrado a apuntar una cronología del s. IV a. C.
¿Reconstrucción de un templo anterior?
No obstante, el carácter religioso de estos espacios propiciaba la presencia de objetos mucho más antiguos debido a su inherente carácter de prestigio, como es el caso de la cerámica griega entre las élites ibéricas. Recientes estudios rebajan las fechas iniciales del santuario entre finales del s. IV y los inicios del s. III a. C., aunque posiblemente se construyó sobre otro edificio anterior. Este dato queda corroborado por la aparición de dos muros más profundos, sobre los que se superpone el santuario, aunque no parecen guardar relación aparente con aquél. El notable deterioro de la construcción, debido al paso de los siglos, se acentuó por el hecho de estar ubicado en lo alto del cerro, lo que impidió a su excavador delimitar la planta total del inmueble y delimitar la funcionalidad de cada una de las dependencias.
El abandono del Santuario
Sobre la finalización podemos concretar más gracias a la presencia de cerámica campaniense e ibérica con decoración floral o figurada, tipo Elche-Archena, así como la ausencia de la tardía cerámica romana terra sigillata. La combinación de estos tres elementos apunta al s. II a.C., el momento en que se abandonaría el santuario, tras sufrir un incendio, no sin antes ocultar piadosamente en una oquedad practicada debajo de uno de los muros de la Habitación 11 el conjunto de exvotos pétreos, o de uso personal, depositados en el santuario por los fieles. Esta fecha del s. II a.C. sincroniza la deposición de los exvotos en la favissa con la destrucción del edificio de la cumbre y las tumbas más recientes de la necrópolis del Cigarralejo, a falta de practicar campañas arqueológicas en el poblado que corroboren estas fechas con el momento final del mismo.
