Los juegos de azar fueron muy practicados en la antigüedad clásica por adultos y jóvenes. Esta costumbre debió llegar al mudo ibérico a través de los griegos, ya que en Grecia, desde sus orígenes, tenemos noticias de la existencia de este tipo de juegos.
Las tabas
Es frecuente encontrar tabas y falanges de ovicápidos en yacimientos ibéricos y, en algunas ocasiones, dados. Las tabas o astrágalos, a veces, presentan una o más de sus caras alisadas por abrasión, incluso algunas pueden tener una perforación en el centro, lo que indica que estas últimas fueron utilizadas como colgantes. La práctica lúdica consistía en el mundo clásico, en asignarle un valor a cada una de las caras, en función del grado de dificultad para salir uno u otro de los lados, al ser lanzadas al aire. La cara superior, larga y ligeramente convexa, tendría un valor 3; la inferior, larga y algo cóncava, valor 4; la cara lateral estrecha y plana, valor 1 (llamada perro) y, por último, la otra cara también estrecha y ligeramente ahuecada, valor 6. En la propia Grecia eran también utilizadas como dados por los niños.
El juego de las tabas ha llegado hasta nuestros días con algunas variantes. Consiste en tirar al aire una taba de carnero, se gana si al caer queda hacia arriba el lado llamado carne, que equivaldría a la cara de 6 puntos de valor en el juego clásico. Se pierde si es el culo (cara opuesta) y no hay juego si son la chuca o su opuesto la taba, con valores 3 y 4 en Grecia. Para buscar un significado a los astrágalos en la sociedad ibérica no contamos con una opinión uniforme. Hay quien los considera equivalentes a monedas, como las fichas de los casinos actuales, pero la opinión más generalizada es que se trata de piezas de juego. En el Cigarralejo tenemos una buena representación de tabas en distintas tumbas, en las que pueden aparecer entre una y tres piezas. No obstante, en las principescas aparecieron entre el ajuar funerario una gran cantidad de ellas totalmente quemadas.
Dados y cerámicas recortadas
Sabemos que existían varios juegos de dados, algunos muy similares a los actuales. Incluso morfológicamente los ibéricos presentan la misma ordenación de los valores de sus caras a los de hoy en día. Como fichas de juego se interpretan igualmente las piezas de cerámica recortadas en forma circular. No obstante, también se han considerado como posibles pesas de telar o tapaderas de vasos, al menos las de mayor tamaño.