La Quema de Judas
En la descripción que presentamos a continuación, puede apreciarse con detalle la curiosa tradición sobre Judas. Dice así: 'Al amanecer, quien quiere entrar en la plaza ha de abonar una cantidad, que se deja para el equipo de fútbol de Albudeite o para una comilona de los muchachos que han trabajado. Entre el follaje del efímero bosque aparece 'plantado' un judas, muñeco relleno de matas secas y de pólvora que porta carteles alusivos a por qué se encuentra allí. Tras el Encuentro entre la Virgen, San Juan Evangelista y el Corazón de Jesús, es cogido el pelele bruscamente por los mozos y llevado a la baranda que da sobre el río o a una de las vigas de la pérgola del jardín vecino, donde es atado y quemado ante los improperios y las risas de la concurrencia. Con él desaparecen las prohibiciones cuaresmales y se aleja lo malo, lo negativo, mientras las ramas, cuya venta a los hornos servía antes para engrosar las maltratadas arcas de los hermanos de las ánimas, son arrojadas al río, con ellas se desea conmemorar la llegada del buen tiempo y el renacer de la Naturaleza'.
Además de ésta, existe otra interpretación en la que se piensa que los albudeiteros, antiguos moriscos, pretendían demostrar que eran más cristianos que nadie quemando a Judas.
El diablo maniatado
Otra celebración digna de mención tenía lugar durante la Encarnación, el 25 de marzo, las chicas hacían nudos en las junqueras del río a fin de 'atar al demonio'. Este 'atar al demonio' o al 'diablo' ha sido reseñado también en Aledo, Villanueva del río Segura, Abarán, Cieza y el Noroeste de la región. Se trata de atarle los testículos al diablo mediante un rito que se repite en todas las poblaciones estudiadas. Es un ritual que protagonizan las mujeres a las afueras de la población. La de mayor edad dirige la comitiva que va recitando hasta cien veces la Oración de las cien Ave Marías; una vez llegadas al paraje elegido, se hacían nudos con las plantas del entorno mientras pronunciaban la siguiente fórmula:
'Diablo, diablo,
los huevos te ato
hasta el año que viene,
no te los desato.'
Este conjuro contra el mal está relacionado con tradiciones moriscas entre las que figura 'tirar la piedra al diablo', recogida en Aledo.