La calidad de las cerámicas argáricas manifiesta la gran especialización en su elaboración, la pericia técnica y un intercambio entre los diferentes centros productores de cerámica. La Bastida, por su ubicación en una encrucijada de caminos, pudo desempeñar un papel relevante como centro productor y difusor del ajuar cerámico. Es muy probable que en el poblado de La Bastida existiesen uno o dos alfareros, que dedicaban su tiempo básicamente al abastecimiento del resto de la población.
La arcilla como materia prima
La arcilla empieza a emplearse en el Paleolítico Superior, al descubrirse las propiedades que le confiere el agua, originando un material dúctil y maleable. La versatilidad de la arcilla, la abundancia en la naturaleza y la relativa sencillez de extracción y tratamiento, unido a sus condiciones de durabilidad, impermeabilidad y dureza han impulsado su uso en las sociedades sedentarias, como la argárica. En La Bastida, al igual que en los poblados coetáneos almerienses y granadinos, la arcilla se empleaba, principalmente, como material constructivo en paredes de adobe, mezclada con piedras y paja o en techos como impermeabilización, así como para fabricación de cacharrería doméstica o de almacenamiento.
Los pasos necesarios en la fabricación de cerámica en esta época eran:
-Extracción: La obtención de arcilla se realizaba de dos formas, dependiendo de la ubicación del material. La arcilla localizada en la orilla del río o en superficie se extraía cortándola en bloques. La pasta llevaba gran cantidad de materia orgánica, que debía eliminarse antes de su uso. La arcilla enterrada se extraía cavando a cielo abierto, hasta localizar la veta arcillosa que era cortada en bloques. De esta forma se obtendría la arcilla en su mayor pureza.
1. Depuración: Antes de proceder al modelado, la arcilla debía limpiarse de elementos extraños (piedras, vegetación, material orgánico, conchas...). Este proceso era crucial para que alcanzase la maleabilidad necesaria para el modelado y resistiese la cocción. Los sistemas empleados son la limpieza a mano y el filtrado en agua. Estos métodos se utilizaban para la fabricación de vasijas, pero no para la construcción con adobe, ya que no requería tanta pureza.
2. Amasado: Se realizaba para dar flexibilidad, uniformidad y homogeneidad a la pasta. El tipo de amasado dependía del uso final del engrudo. La arcilla para fabricar cerámicas se sometía a un amasado específico con pies o manos y se añadía agua en pequeñas cantidades para su absorción. En el caso del adobe se incluía, además, paja y chinarros para darle consistencia.
3. Proceso de elaboración cerámica: La cerámica hallada en La Bastida repite los esquemas tecnológicos, que se pueden observar en la mayoría de los poblados argáricos. La arcilla empleada para la fabricación de las vasijas se obtiene en áreas cercanas al poblado.
-Modelado: La cerámica se modela a mano, observándose que los vasos de pequeño y mediano tamaño se elaboraban normalmente partiendo de un solo bloque, al que se iba dando forma con una mano, mientras que los de gran tamaño se fabricaban a través de bandas que se iban montando una sobre la otra hasta obtener la forma deseada.
-Secado: Se realizaba una vez modelada la pieza. Esta era colocada en un lugar aireado y fresco para que fuese perdiendo progresivamente el agua acumulada sin cuartearse en el proceso.
-Cocción: Se llevaba a cabo en hoyos abiertos en la tierra, sobre los que se apilaban las vasijas cubiertas con el combustible de ramas y pajas. Estos hornos se cubrían con una capa de barro dejando una pequeña abertura para prender fuego y que saliese el humo.
-Alisado o bruñido: Finalizado el proceso de cocción, se realizarían labores finales de alisado o bruñido con el fin de regularizar la cerámica, empleando para ello paja, tejidos o cantos rodados.
Tipos de arcillas en la zona de Totana
Los tipos de arcilla más comunes en Totana son las denominadas roya, negra y greda, abundantes en diversas zonas como Los Huertos, El Paretón y en las Canteras del Carivete, todavía en uso. Atendiendo a las características de cada arcilla se empleará sola o como mezcla de varias. La arcilla roya es muy maleable y permite decoración mediante grabado o bruñido, aunque es frágil en su manejo. La arcilla negra posee idénticas características que la roja, solo cambia el color de la cerámica obtenida. La arcilla greda es blanca, con escasa plasticidad y gran resistencia, se emplea sola o mezclada con las anteriores para dotar de resistencia a las piezas.