A finales del siglo XIII, don Abrahin Aboxac Ibenfuc, rey de los moros de la Arrexaca de Murcia, vende Fortuna a un noble castellano, Apariçio de Nompot; había heredado Fortuna y sus baños, como parte de un amplio territorio cedido por Alfonso X al rey de Murcia a cambio de su ayuda en la guerra. Tras la venta de Fortuna se inició un proceso de castellanización del territorio, que culminó con la promulgación de la Carta Puebla en 1631, por medio de la cual Fortuna adquiere su independencia del Concejo de Murcia.
La venta de Fortuna, con sus pastos, aguas, propiedades y los baños, no puso fin a la presencia islámica; quedó una población morisca residual, que continuó utilizando los Baños de Fortuna y cultivando sus tierras. Sin embargo, la venta de las tierras a Apariçio de Nompot marcó el abandono de algunos enclaves, que hasta entonces habían estado ocupados. No es el caso de la Torre Vieja o el Castillo de los Moros, que pasó a ser la residencia del señor de Fortuna, hasta que en el siglo XV se construyó la llamada Torre Nueva en lo que hoy es el Barrio de San Roque.
Esta pequeña fortificación es el mejor yacimiento islámico de Fortuna. Conocido como Cabecico del Castillo responde a la fortificación, que fue vendida en 1295 por el rey moro en estos términos: "uendo Fortuna con todos sus heredamientos, regadío et aluar, et con la torre et casas que y son, et con todos sus términos, et con fuentes et con rios et pastos et con entradas et con sallidas et con todas sus pertenençías et con todos sus derechos que yo he et deuo y auer por alguna manera o razón, que yo he por herençia del rey Abiaffar, que fue mi padre et de mis hermanos en el regno de Murçia, que parte término con el castiello de Favaniella".