Biografía
Aquel día del año 1993, en el que José Cayetano Juliá consiguió levantar los brazos en la línea de meta por primera vez, su abuelo Joaquín vio cómo su nieto cumplía uno de sus sueños. A él, al abuelo Joaquín, le tocaron vivir otros tiempos en los que los que su pasión e ilusión por el ciclismo tuvieron que quedar relegadas a un segundo plano. El trabajo era lo primero.
Por eso, José Cayetano, 13 años después de aquella primera victoria como ciclista, aún recuerda a quién dedicó aquel triunfo: “ Esa primera victoria como ciclista se la dediqué a mi abuelo Joaquín por la ilusión que siempre me transmitía por el ciclismo ya que él en su época no pudo ser ciclista. Él fue una de las personas que siempre estuvo a mi lado”, recuerda.
La tienda de Ángel Guardiola
Esa primera victoria fue en Jumilla, en la Vuelta a las Comarcas, cuando Juliá corría en la categoría de cadetes de primer año en las filas del equipo Seguros Doquimas, pero su afición por este deporte comenzó unos años antes. “ Me compré una bicicleta Zeus de color blanco cuando tenía 11 años y con ella empecé a entrenar y a disputar mis primeras carreras. El culpable de aficionarme al ciclismo fui yo aunque también tiene parte de culpa el hecho de que debajo de mi casa estuviera el taller de bicicletas de Ángel Guardiola. En él entraban muchos ciclistas de aquella época como Mariano Rojas. Viéndole correr a él, me entró el gusanillo por el ciclismo ”, afirma.
Así, Cayetano fue tomándose el ciclismo como algo más serio y tras una primera toma de contacto en las escuelas de ciclismo y la primera temporada de cadetes en el equipo Seguros Doquimas, en 1994 pasó al equipo J. Ramos, donde estuvo las tres siguientes temporadas aprendiendo a ser ciclista.
Juliá corría en las categorías de cadetes y juveniles y sus rivales entonces, eran algunos de los que hoy son nombres destacados del ciclismo profesional. “ Desde mis primeros años como ciclista conozco a gente como Rubén Plaza, Alejandro Valverde, Julián Sánchez Pimienta o Joaquín Rodríguez. Con todos ellos y con otros como Daniel Munuera, que no llegó a pasar a profesionales, me tenía que “pelear” para poder ganar carreras”, comenta.
El ciclismo profesional cada vez más cerca
Salió bien parado de su particular “lucha” y con la experiencia que dan los kilómetros sobre la bicicleta pasó a la categoría de aficionados de la mano del equipo Plastimer, en el que sólo estuvo un año. En la temporada anterior, la de 1996, Cayetano había perdido en un accidente de tráfico a Mariano Rojas, ciclista que siempre fue su referente, y ahora le tocaba afrontar un año en una nueva categoría en las que las victorias cada vez iban a estar más peleadas. Pasó el examen con nota y en 1998 vio un poco más cerca su sueño de pasar al ciclismo profesional, ya que tras una buena temporada anterior, el equipo Banesto se interesó por él, y el murciano pasó a formar parte de sus filas.
El ciclismo ya no era un juego por las calles de Cieza y fue en 1999 cuando Cayetano fue consciente de que el ciclismo profesional realmente estaba a su alcancé. “ Me di cuenta de que podía dar el salto al ciclismo profesional en mi tercera temporada de aficionados, pero no fue con una victoria concreta sino con los resultados de la temporada en general. Verme en el Valenciaga disputando la carrera con mucha ilusión y fuerza y sabiendo que podía estar con los primeros fue muy importante para mi”, explica.
Aún así, el sueño, como la mayoría de las cosas importantes de la vida, se hizo esperar y Juliá tuvo que estar dos años más en aficionados en el equipo Kelme.
En febrero de 2002 José Cayetano Juliá debutaba como ciclista profesional en la Challengue de Mallorca. “ Es uno de los momentos que con más ilusión recuerdo. Verte ahí corriendo con gente que hasta ese momento sólo veías por televisión es algo muy especial”, recuerda.
Y tras tres temporadas en el equipo valenciano, culminadas con una victoria en la Vuelta a España, en la temporada 2005 pasó a formar parte del equipo Illes Balears donde junto con Alejandro Valverde y Fran Pérez forma parte de un tridente murciano de auténtico lujo.
