La vida cotidiana y la sociedad se encuentran relacionadas con el mundo funerario, ya que la mayoría de conocimientos que se poseen acerca de estos ámbitos derivan de las investigaciones en los distintos enterramientos y ajuares encontrados en las excavaciones arqueológicas de poblados de la cultura de El Argar. El estudio de elementos de metal, cerámica, huesos, telas e incluso alimentos dispuestos en las tumbas como ritual funerario, ya sea en el momento de la muerte o tiempo después (algunas inhumaciones se volvieron a abrir pasados algunos años para introducir nuevos difuntos o patas de animales), ha llevado a los especialistas a disponer de la información suficiente para acercarse a la complejidad que rodeaba a la sociedad argárica.
Los rituales funerarios
El mundo funerario también ha dejado una nueva forma de entender el ritual de los enterramientos. Las inhumaciones colectivas de la etapa anterior se abandonan durante El Argar para realizar enterramientos individualizados. Entre los más utilizados en La Bastida y otros poblados de la Región de Murcia se encuentran los efectuados en urnas o pithoi y en cistas.
A raíz de la información material del interior de estas inhumaciones argáricas se ha realizado una clasificación en grupos sociales de los individuos que habitaban los poblados. Según una de las teorías más generalizadas, se trataba de una sociedad basada en el poder de un reducido grupo de dirigentes que residía en la zona alta de los poblados, formando la cúspide de una estructura piramidal, constituida por nobles guerreros que apoyaban a la jerarquía dominante. Además, existía una gran masa social de artesanos, agricultores, especialistas en diferentes oficios y ganaderos, así como un numeroso grupo de siervos, que integraba la clase social más baja.