Planta
En el poblado de La Bastida aparecen gran variedad de tipologías de planta en las viviendas, al contrario de lo que sucedía en la etapa precedente, el Calcolítico, donde primaban las casas de forma circular. Se han hallado en las excavaciones del cerro totanero plantas circulares, cuya tipología procede del Calcolítico, pero durante la cultura de El Argar predominan las formas rectilíneas y una muestra de ello son las plantas rectangulares, cuadrangulares, pentagonales o absidales, que también se dan en la comarca de Lorca, así como en general en todo el Sureste español. Las viviendas del cerro de La Bastida, al igual que sucede en el resto de poblados argáricos ubicados en altura, presentan mayor complejidad en sus plantas, ya que a la gran variedad de ellas se une la necesidad de adaptarse a las condiciones del terreno y de las terrazas excavadas para construirlas.
El paso del tiempo y la necesidad de espacio habitable, debido al crecimiento demográfico experimentado durante la primera mitad del II milenio a.C., provocaron que las viviendas se multiplicaran en las laderas del poblado y que las plantas de las casas variaran en forma, superficie y orientación. Por esta razón en La Bastida se pueden encontrar edificaciones con estancias añadidas, casas que sustituyen a otras con menor superficie, muros que se superponen unos a otros o viviendas con planta absidal excavada directamente en la ladera.
Divisiones internas de las viviendas
Las plantas rectangulares o absidales podían estar divididas en dos o tres estancias, separadas por un murete, construido con las mismas técnicas que los muros de la vivienda. La mayoría de estas divisiones se realizaban para separar el área utilizada con fines de almacenamiento, en la que se disponían en el suelo contenedores (tinajas y vasijas), en los que se introducían alimentos. Estos contenedores podían encontrarse en oquedades realizadas en el suelo de la vivienda.