El Teatro de la Higuera
Durante la primera mitad del siglo XIX Lorca no dispuso de un teatro que pudiera recibir tal nombre. Las obras se representaban en barracones de madera, en almacenes de grano o en locales similares. Ya en 1848 abre sus puertas el Teatro de la Higuera, estrenándose el local con una compañía de aficionados.
Pero este teatro no llenaba las expectativas de los lorquinos que deseaban tener un gran coliseo digno de la ciudad. Los primeros en mostrar esta preocupación fueron una serie de comerciantes en 1854, que acaban constituyéndose en sociedad en 1857, aportando 260.000 reales, mediante acciones. Entre ellos destacaban el marqués de Camacho, Pedro Muñoz, Andrés Gómez e incluso una mujer, Juana Rocafull.
El proyecto se encargó al arquitecto Diego Manuel Molina que ha de parar la obra, por falta de medios económicos, sin haber cubierto el edificio. Debe entonces intervenir el ayuntamiento, comprando acciones que contribuyeran a poder terminar el edificio. Por fin, en marzo de 1861 se da por terminado el Teatro Principal, un magnífico edificio rectangular con sesenta y cuatro ventanas, así como una fachada con frontón. La decoración interior corrió a cargo de Miguel Reyes y Rebollo Zamora, siendo los decoradores los hermanos Ferrer.
En la inauguración se representó el drama de Melchor de Palau 'La campana de Almudaina', posteriormente hubo números de baile y la marcha real. A partir de aquí las actuaciones se realizaron con asiduidad, año tras año, con espectáculos de lo más variopinto: variedades, teatro, música, mítines políticos, reuniones diversas.
Nace el Teatro Guerra
Ya en 1891, treinta años después de la inauguración, el edificio fue redecorado, sufrió mejoras y modificaciones. Es entonces cuando pasa a denominarse Teatro Guerra, en honor al actor local, Ceferino Guerra.
En junio de 1910 nacía el teatro Le petit Coursal, en el barrio de San Cristóbal. Se inauguró con una sesión de cine mudo y variedades, con 'la bella habanerita'. En julio de este año se abría en Lorca otro salón, si bien desconocemos su nombre.