La Bastida de Totana

  La técnica constructiva de las techumbres argáricas se ha documentado en el Sureste español, a través de los materiales de derrumbe hallados en algunas viviendas en yacimientos como Rincón de Almendricos de Lorca. Los materiales encontrados han llevado a los especialistas a pensar que, probablemente, las techumbres eran planas o a un agua con una mínima inclinación, realizadas mediante un esqueleto de troncos con cierta solidez, sobre los que se dispondría un entramado de palos, cañas y esparto, todo ello cubierto con barro para impermeabilizar. En los poblados situados en altura y levantados mediante el aterrazamiento del terreno las construcciones solían ser muy sólidas, ya que los tejados de las viviendas podían utilizarse como zona de tránsito por el interior de una de las terrazas.

  Soportes para las techumbres

  La gran superficie en algunas viviendas hizo que dispusieran de troncos anclados en el suelo, a modo de pilares, que soportaban parte del peso de las techumbres. En estos casos los troncos podían estar exentos, en distintas zonas de la estancia, o adosados a los muros creando un hueco entre las hiladas de piedra. Para asegurar el tronco en el suelo se realizaba una oquedad, en la que se introducía la madera y se ajustaba con una serie de piedras. Durante los trabajos realizados en el 2003 en La Bastida de Totana, en el departamento XI apareció la impronta de uno de estos pilares. En algunos casos las viviendas contaban con una superficie reducida y el empuje de las techumbres no necesitaban del apoyo de estos pilares, simplemente los troncos que ejercían como vigas y que recaían sobre los muros laterales soportaban el peso. En otros casos estas casas de menores dimensiones estaban anexas a una de superficie mayor y repartían en el muro medianero el peso de la techumbre.

  Salida de humos

  En La Bastida, al igual que en la mayoría de yacimientos argáricos, se han encontrado hogares en el interior de las viviendas donde se elaboraban los alimentos diarios y se tostaba el cereal para realizar más fácilmente su molienda. El humo que generaban estos procesos se elevaba a la techumbre de la habitación y escapaba por una salida de humos o hueco alojado entre el entramado que conformaba el techo.