Cehegín Toma el Testigo

  El final de la vida urbana en Begastri, y la ruina definitiva de sus murallas y edificios residenciales más emblemáticos, fue un proceso lento, que debió acelerarse en los últimos años del siglo X o en los inicios del siglo XI, muy probablemente tras la fitna o guerra civil beréber. Fue éste un conflicto generalizado en Al-Ándalus y que también tuvo episodios de cierta consideración en la Cora de Tudmîr. Este conflicto, además de asestar un golpe mortal al Califato omeya, dando lugar a pequeños reinos de Taifas con gobernadores independientes, también favoreció el abandono de unas ciudades en beneficio de otras, tal es el caso del Tolmo de Minateda (Hellín, Albacete) o de el más cercano Cerro de la Almagra en Mula.

  Es lógico pensar que en un solar completamente arruinado, pero que disponía de fértiles tierras al pie del mismo, debió mantenerse un uso residual del mismo, incluso después del siglo XI. Esas actividades estarían relacionadas con usos agropecuarios y pastoriles que poco o nada tienen que ver con la vida urbana. Cehegín había tomado el testigo como cabeza administrativa de esta comarca y se convertirá en un hîsn (núcleo fortificado de menor categoría que la madîna o ciudad), que terminará por atraer a la población de Begastri y por controlar un amplio territorio plagado de alquerías y otros hûsun de menor entidad como el castillo de Alquipir. En definitiva, la vieja ciudad de raigambre clásica fue abandonada en los inicios del siglo XI y comenzó a degradarse sin remedio dando lugar a la denominación actual: Cabezo de Roenas (Cabezo de las Ruinas). La presencia de un nuevo núcleo de población como Cehegín y de otras alquerías cercanas en fase de crecimiento, facilitó en lo sucesivo una extracción de materiales constructivos y, por tanto, el uso de este lugar como cantera.