Los romanos fabricaron gran cantidad de vasijas cerámicas, utilizadas tanto para tareas cotidianas (cocinar, servir los alimentos) como para actividades industriales y comerciales (almacenamiento y el transporte terrestre y marítimo de aceite, vino o garum). Una de las producciones cerámicas con mayor representación en Begastri es la Terra Sigillata, caracterizada por su superficie cuidada (bruñida, espatulaza o barnizada) y por el uso de una arcilla depurada y homogénea de coloración naranja o gris.
Las Aretinas, las sud-gálicas y las hispánicas constituyen un grupo muy abundante, pero son las Terra Sigillata Claras, A, C y D las más representadas. También existen ejemplos de sigillata gris paleocristiana, del siglo IV, caracterizadas por su arcilla gris, con buena decantación, así como por las superficies bien cuidadas. La cerámica común romana, al contrario que la cerámica Terra Sigillata, se fabrica en talleres locales o como mucho provinciales y tiene como objeto transportar víveres o cocinarlos y servirlos.