Datos de interés
Ros de Olano y Balsicas
El primer contacto de Antonio Ros de Olano con la provincia de Murcia se produjo en 1841, año en que fue destinado como Teniente Coronel Mayor de Infantería en Cartagena. Al margen de los asuntos militares, Ros llevó a cabo una gran actividad como negociante industrial, especialmente en el mundo de la minería.
El 29 de febrero de 1844 hace efectiva la compra de fincas rústicas de secano en Balsicas que pertenecían a la congregación de San Felipe Neri y que pasaron al Estado en 1836 como consecuencia de la desamortización de Mendizábal. En esta época Balsicas tenía menos de 300 habitantes. La mayoría de ellos vivían disgregados en caseríos que estaban desperdigados en varios kilómetros a la redonda. Destacaban dos pequeños núcleos de población. Uno situado junto a las “balsicas” que dieron nombre al pueblo y otro cercano a la hacienda que adquirió Ros de Olano.
La decisión de nuestro protagonista de comprar una extensa finca en Balsicas obedeció a varias causas:
- La abundancia de animales de caza, en especial de conejos, que había en la zona.
- La situación geográfica de Balsicas, entre Murcia y Cartagena.
- Tener un lugar de residencia junto a una pequeña aldea con la posibilidad de contratar a algunos jornaleros del lugar para que realizaran las labores del campo.
- La posibilidad de adquirir una extensa posesión de terreno a un precio muy económico.
Además de las fincas de secano, Ros de Olano adquirió, mediante testaferros, la casa principal de la congregación de San Felipe Neri, la almazara, el aljibe, el pozo y una pequeña casa contigua. En total el comprador tuvo que desembolsar la cantidad de 1.719.401 reales.
Pese a su agitada vida laboral y social, Ros de Olano no descuidó sus intereses en Murcia a donde acudía de vez en cuando a practicar la caza. En uno de estos viajes le informan de que las tierras adquiridas apenas pueden cultivarse por la falta de agua, por lo que el 22 de marzo de 1855 remite un expediente a la Diputación Provincial de Murcia para que realice prospecciones con el fin de encontrar aguas subterráneas.
Las mejoras de la finca
De las mejoras realizadas por el Primer Vizconde de Ros en su hacienda de Balsicas tenemos noticias por los datos que ofrece él mismo en la cláusula decimoquinta de su testamento.
“Cuanto consigno someramente es de pública notoriedad en el vecindario de Balsicas. Las grandes mejoras practicadas por mí, consisten pues en plantaciones nuevas y reposición de faltas como en obras para el riego, reposición de márgenes, construcción de verdaderos trenques, restauración de todas las cosas que comprende la finca con las mejoras que han dado el tiempo y el cuidado del arbolado, y además el establecimiento de una instalación del Camino de Hierro en el mismo límite de dicha hacienda a distancia de unos quinientos metros próximamente de la casa principal en que se guardan los frutos''.
''En veintiocho o treinta años transcurridos desde que compré la finca hasta que la entregué a mi hija, he plantado olivares nuevos por millares. Estas plantaciones están a la vista y cualquier perito puede señalarlas a parte de la pública notoriedad. Durante el mismo he plantado miles de almendros, plantación que está toda en producto. A la par se hacían las plantaciones antes dichas, he plantado higueras cuyo número no baja de los 600 árboles. He plantado garroferos, no sé el número. He plantado viñas con muchos miles de cepas que dejé en producto y en su mejor edad. He hecho un jardinillo frente a la casa principal, al que inmediatamente sigue un huerto todo de granados y luego, sin más separación que la de un camino, una extensión de huerta también con granados, palmeras y otros árboles. Para dar riego a todas estas obras construí tres norias'', añadía.
Los gastos
Ros de Olano seguía explicando: ''Los gastos de reedificación de la casa principal subieron sobre los dos mil quinientos duros. He puesto en la almazara tres prensas de hierro, una de ellas chica. He amueblado la casa con camas, sillería, cortinas, sábanas, manteles, media vajilla, cubiertos, algún espejo, cuadros de adorno y escaso valor, lo bastante para tener comodidad, pero modestamente. He dejado nueve caballerizas mayores y todos los aperos de labor y carros consiguientes a la faena de labranza de una finca importante de Balsicas que he llevado de mi cuenta con la sola excepción de algunas fanegas de tierra de pan. He dejado tres grandes pajares a previsión de los malos años y dos viveros de olivo y almendro para la reposición de árboles que mueran y ventas de plantones. He dejado un palomar poblado con algunos centenares de pares de palomas. He dejado una bodega provisional, pues pensaba hacerla ex profeso más adelante, y por último he hecho el camino que media entre la casa principal y la Estación de Ferro-Carril para más facilitar el transporte de productos de la posesión. Y considerando el valor de todas estas mejoras, declaro que el valor que tenía la finca de Balsicas al entregarla a mi hija en 1873, no puede ser menor de 40.000 duros”.
Asimismo, Ros de Olano tuvo una importancia decisiva para que en el pueblo de Balsicas se construyera una estación de tren.
A mediados del siglo XIX comienza la expansión del ferrocarril por toda España. En 1856 se constituyó la compañía de ferrocarriles MZA que se encargó de construir en 1862 la línea férrea entre Madrid y Alicante, que tenía un ramal que iba desde Chinchilla a Cartagena. Ros de Olano, accionista de esta compañía, y amigo personal de José de Salamanca, el propietario, realizó las gestiones oportunas para la construcción de una estación de ferrocarril junto a sus posesiones de Balsicas, a unos quinientos metros de su hacienda.