La fiesta de moros y cristianos puede considerarse una gran representación teatral donde los actores son el pueblo festero. Las calles y las plazas se utilizan como escenarios, los vestuarios y escenografías festeras ayudan al desarrollo de la acción y el nudo de la dramaturgia gira en torno al doble motivo religioso e histórico de festejar al Patrón de la localidad y rememorar tiempos pasados de la Reconquista.
La base argumental de la historia que se representa en la fiesta son las Embajadas. Su origen se remonta al teatro popular de los siglos XVI, XVII y XVIII y ha evolucionado con los gustos teatrales de las diferentes épocas, hasta el siglo XVIII, en que aparecen las primeros testimonios escritos de unas Embajadas en Denia en 1796.
En Murcia se representan dos Embajadas, ambas escritas por Juan José Capel Sánchez: la Embajada de la Fundación de Murcia (Embajada Mora) y la Embajada de la Entrega de la Ciudad de Murcia (Embajada Cristiana).