Teatro en el Altiplano
Apuntes para la historia del Teatro en Jumilla
Las primeras obras de teatro se estuvieron representando en el edificio del Pósito en la calle de la Feria, hoy denominada Canovas, al menos desde 1868. El teatro de Jumilla, como tal, se inauguró en agosto de 1883 como Teatro de la Villa (la documentación y los planos correspondientes se presentaron en 1868). El estreno corrió a cargo de una compañía lírico-dramática dirigida por Miguel Soler.
Cuatro años después el coliseo era decorado por el pintor San Miguel. Para 1889 actuaba en Jumilla la compañía de zarzuela de Eduardo Ortíz acompañado por Matilde Franco, José Ruíz Madrid, Vicente Bueso y Carlos Barreras en los principales papeles. Representaron entre otras piezas, 'La tempestad'. Casi un año después, este consagrado actor jumillano recibía en su tierra toda clase de homenajes y entre otras distinciones se impuso su nombre al teatro. El edificio fue remodelado por el arquitecto Justo Millán Espinosa alcanzando un aforo de 300 espectadores.
En el Teatro Vico actuaba en marzo de 1903 la Compañía de Eustaquio Salado poniendo en escena los dramas: 'Aurora', 'Amor Salvaje', 'Tierra baja' y 'Loco Dios', obteniendo un gran éxito. Por su parte, la compañía de zarzuela cómica de Rafael de Lara hacía las delicias del público en el verano de 1908; especialmente aplaudidas fueron las tiples Pura Montoro y Lola Fora .
Para 1916 el empresario del teatro era Alfredo Santos La Rosa que contrataba para ese verano la actuación de la compañía de ópera y zarzuela dirigida por Pablo Gorgé. Fueron especialmente activos en espectáculos los años 1924 y 1925. Concretamente, en mayo de 1924 pasaba por el Vico la Trouppe Madrid y al mes siguiente el 'Gran Aretino', un afamado transformista. Aquel año dirigía el teatro Lorenzo Navarro a quien gustaba mucho el cine y proyectaba películas en el salón. El Cine Moderno que regentaba Sánchez Mateo, contrató casi al mismo tiempo al doctor Adrian 'con su agrupación artística enciclopédica' y a la cupletista Pura Negri. Cerró aquel año de 1924 la compañía dramática de Miguel Muñoz que actuó en el Vico y la trouppe 'Los Jualansos' en el Cine Moderno.
En 1925 pasaba por el Cine Moderno la Compañía de Federico Porcel, especializada en dramas y comedias, la cupletista Merceditas Muñoz y la bailarina Pepita Velázquez. Por su parte, el Teatro Vico ofrecía el espectáculo de la Compañía Ramón Carbonel, la cupletista Rosario Moreno o a la archifamosa actriz cómica Luisita Esteso. También aquel año, en pleno julio, debutó un tenor local, Juan Tomás Cerezo, formado en Madrid.
La competencia entre el Cine Moderno y el Teatro Vico
También durante todo el año 1926 se mantuvo la competencia entre el Cine Moderno y el Teatro Vico que este año contrató a la Compañía Bové-Torner; un buen matrimonio de actores pero acompañado de actores secundarios 'más bien flojos'.
Para 1930 el empresario del Teatro Vico era José Sánchez Fernández y la compañía que éste contrató para aquel verano fue la de zarzuela Lladró; en otoño se trajo a la Trouppe Negra. Tal como sucedería a tantos otros teatros de la Región, hubo temporadas en que las varietés adelantaban a la dramaturgia en los gustos del público, prueba de ello es la cada vez más frecuente contratación de este tipo de artistas.
Desde el Teatro Rialto de Madrid se recibió en el Vico a la compañía de Francisco Martínez García que ofrecía en noviembre de 1932 la actuación de la cantante Medina-Celi, el humorista Toreri y la encantadora Amparito Medina, cupletista. Y otro tanto sucedía en 1933 en el Cine-Teatro Moderno que puso en escena la revista Cock-tail, de la Compañía Baby-Fémina, aunque esta vez hay que decir que los artistas eran locales y menores de once años. De aquel eventual elenco destacaba la prensa a: Teresita Guardiola Tomás, Octavia Bernabeu, María Guardiola Morcillo, Conchita Pérez Jiménez, Lucía Fernández..., que presentaron una serie de graciosos cuadros titulados: 'Apaches, Regaderas, Americans Films, Maipú Picalle, Cabaret, etc.
El Teatro Moderno volvió a brindar el trabajo realizado por una compañía de aficionados para el mes de junio de ese mismo año. Se hacía llamar Arte y Progreso y ponía en escena el drama 'El Gañán', seguida del juguete cómico 'Entre doctores'. Ejercía de primer actor Emilio Vizcaíno, acompañado de Isabel Abellán, Josefa González, Isabel García, Juan y Francisco Herrero y Pascual Martínez. En septiembre se produjo un el Teatro Vico un conato de incendio durante la proyección de una película, cundió el pánico y hubo numerosos heridos. El título, 'Castigo divino', se prestó a las puyas irónicas de los guardianes de la moral que consideraban el espectáculo que la semana anterior había ofertado el coliseo como 'procaz avivador de pasiones ruínes'.
Pasado y olvidado el susto, en septiembre de 1934 el Vico contrató a la Compañía de comedias de Luisita Rodrigo y en noviembre de 1935 hizo otro tanto con la de Barrachina-Prieto que representó 'Don Juan Tenorio' y 'Sor Angélica y Julieta'.
Antonio Vico, un actor vinculado a Murcia
Conviene cerrar este apartado dedicado a Jumilla con unos breves apuntes sobre la figura y la biografía de Antonio Vico, uno de los actores relacionados con Murcia, más conocidos tanto nacional como internacionalmente. Nacido en Jerez de la Frontera, inició su andadura profesional en 1841 cuando contaba 24 años y lo hizo en Valencia. Pero en 1876 ya tenía compañía propia y pisaba los escenarios murcianos acompañado de su hermano Manuel y de las actrices Concepción Marín de Abad y Antonia Contreras. El coliseo era el Teatro Romea a cuyo escenario regresaría en más de una ocasión. En 1881 actuaba en el Teatro Circo junto a su primera actriz Concepción Martín, Julio García Parreño, Juan Reig y otra veintena de actores. Pero en 1883, 1884 y 1885 sus actuaciones fueron para el Romea, al igual que en 1890 aunque para entonces su primera actriz era Antonia Contreras. En el mes de agosto de aquel año trabajaron en Cieza. Seis años después fue La Unión donde se les contrató. Después de un año sin pisar para nada tierras murcianas, en 1897, a la vuelta de una actuación en París, el Romea volvió a acogerle; de su escenario marchó a Alicante y después volvió a Yecla.
La última visita de Vico a Murcia se produjo en septiembre de 1898 pues su fama lo llevó a continuación a tierras americanas de las que ya no regresó pues murió en Cuba, casi arruinado. Según parece el deceso se produjo en el camarote de un barco anclado en el puerto de Nuevitas. Como anécdota curiosa, apuntar que diez años antes una gitana cordobesa le había predicho su muerte, si embarcaba. Sus restos no se trasladaron a España hasta abril de 1907.
Pero si Vico prestó su nombre al teatro jumillano, otros personajes locales fueron quienes le dieron vida. Entre ellos hay que hablar de tres autores importantes: Juan Pedro Jiménez López, conocido como Pedro (a) de la Ursula (1843-1914), director de los periódicos, El Pandero (que suena cuatro veces al mes) y El Barbero. Fue autor de algún monólogo como 'La pesadilla de Antón' y zarzuelas: 'A los montes vayas' y 'Las alhajas de la Virgen'. Uno de sus colaboradores en prensa fue Gumersindo Jiménez (a) Ginés Dumor (1850-1888), autor teatral irónico, con otras como: 'Manchas de color'. El tercer y último de la lista es Sebastián Cutillas Cutillas, nacido en 1858 y pese a ejercer su profesión de notario, fue un gran erudito aficionado a la dramaturgia, interés que desarrollaba escribiendo, entre ensayos de historia y geografía, alguna que otra pieza teatral.